domingo, 22 de noviembre de 2009

Saltar o no saltar. Esa es la cuestion.

Queenstown es una ciudad del sur de la isla del sur de Nueva Zelanda, situada al lado del lago Wakatipu, a 300 metros de altura sobre el nivel del mar. Este gran lago forma una "S" de unos 150 km de larga y el estar rodeado de montañas de hasta 2000 metros de altitud hace que pasear por la ciudad sea un deleite para la vista, viendo el paisaje que la envuelve. Ser una pequeña ciudad de menos de 14000 habitantes no evita que sea un hervidero de gente que va de aqui para alla, de tiendas, de restaurantes, buscando informacion sobre las rutas que ofrece el maravilloso entorno que la rodea, sentados en una terraza tomando una cerveza, cruzando las calles entre el tranquilo pero incesante trafico o simlpemente parados en cualquier acera mirando al cielo. Y es que en el cielo de Queenstown siempre ves uno o dos parapentes descender relajadamente desde el monte Bob's Peak, a 790 metros de altura, y de vez en cuando oyes a alguien gritar de emocion desde alguno de ellos.

Porque emociones fuertes es lo que ofrece esta pequeña ciudad dedicada casi en exclusiva al turismo. En el centro abundan los operadores de deportes de aventura y de riesgo, ofreciendo una gran cantidad de posibilidades para no aburrirte ni un segundo. Puedes pasear por el lago en un tranquilo barco de vapor o en una lancha rapidisima (jetboat), el ya comentado parapente, subir en globo, saltar desde un avion desde mas de 4500 metros de altura en paracaidas, volar en ala delta, hacer rafting, ir en kayak por los rios cercanos, alquilar motos de cross o quads, montar a caballo... y lo que nos estaba interesando mas, el bungy-jumping.

Fuimos a la tienda de AJ Hackett donde ofrecian varias opciones. Hay una plataforma en la ciudad situada a 47 metros de altura donde puedes saltar de noche o de dia viendo Queenstown bajo tus pies, o bajo tu cabeza cuando ya estas colgando de la cuerda. Tambien hay otra plataforma a las afueras de la ciudad en un puente a 43 metros de altura sobre un rio en el que tienes la opcion de saltar sin tocar el agua, solo tocandola o sumergirte completamente en ella. Pero claro, 43 o 47 metros es poco comparado con los kilometros que hemos hecho desde Europa hasta Nueva Zelanda, no?

Asi que nos decidimos por Nevis. Alli hay dos opciones: una plataforma situada a 134 metros de altura sobre un riachuelo desde la que puedes hacer el clasico bungy-jumping (si te atreves, claro) o un puente colgante a 160 metros de altura donde te sueltan en un mega columpio colgado de unos cables de 120 metros, donde empiezas con una caida libre de unos 60 metros, llegando a alcanzar los 120km/h, describiendo un arco de 300 metros de largo. Escogimos el arco (el mas alto del mundo!), dejandonos caer en tandem, los dos juntitos, por eso de agarrarte a alguien cuando el alma se te escapa por la boca en el irreprimible grito inicial que das cuando aprietan el boton que desbloquea el seguro que te mantiene arriba.

Podeis ver algunos videos en YouTube, si buscais Nevis Arc. Tenemos el de nuestro descenso, pero es demasiado largo y no lo puedo colgar aqui. He colgado tambien un par de fotos que he encontrado en la red del arco y del bungy.

Lo peor de todo fue soltar los pies de la plataforma para quedarte colgando del arnes doble donde nos sentabamos. El encargado de soltarnos nos tuvo que poner los pies en el aire, ya que nosotros no podiamos hacerlo por nosotros mismos. Y luego, cuando el pregunta si queremos una cuenta atras, una sorpresa o decir nosotros "YA!", la respuesta es obvia: no queremos ninguna de las opciones!!! Pero que hacemos aqui??? Quien nos mandara meternos en semejantes fregados???

Hasta que oyes: "Que tal ahora?" Y sin darte cuenta estas cayendo mientras gritas sin parar, con los ojos fuera de las orbitas, notando el aire en tu cara pegarte fuerte por la aceleracion estratosferica de la caida libre, hasta que empiezas a balancearte en un largo arco que hace que tu corazon vuelva a latir y puedas darte cuenta de lo que acabas de experimentar. Mi primera reaccion fue abrazar y besar a Andy, pataleando y gritando por la descarga de adrenalina sufrida en tan poco tiempo. Mientras nos volvian a subir, mientras nos quitaban el arnes, mientras veiamos al resto de gente balancearse, mientras volviamos a la base donde te relajas y encargas tu video, mientras buscaba como lo podia colgar en internet, mientras volviamos a la ciudad, mientras cenabamos... no pudimos quitarnos la sonrisa que se nos habia pegado a la cara como una lapa.

Habra que ir pensando en un bungy-jumping en España. Y es que esto engancha. No creo que sea para repetirlo nada mas haber saltado, mejor dejar un tiempo entre saltos para no habituarte demasiado. Ha valido la pena ahorrar mucho para haber podido experimentar esto. (Entrada de Andy.: "la verdad es que Sergi si que queria hacer el bungy, sin embargo yo estaba cagada, porque el hecho de estar en la plataforma de bungy que fuimos a ver y mirar abajo unos 200m es para cagarse. Y el motivo de no saltar mas pesado era el economico, como siempre en nuestras decisiones....)

Jeronimoooooo!

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