viernes, 27 de noviembre de 2009

Por las cumbres del sur

Todavia con las piernas temblando por Nevis Arc, decidimos hacer la Routeburn Track, una ruta de montaña alpina muy chula, que unida a Greenstone o Caples (otras 2 rutas) hacen una gran ruta de un buen puñado de kilometros que se suele hacer en 4 o 5 dias. Nosotros empezamos la ruta con muchas ganas y con buen tiempo, caminando por bosques de montaña verdes y humedos, hasta acampar en el primer camping, donde dormimos a la orilla de un rio de frias aguas de deshielo primaveral. Es escenario era maravilloso, con ruidosas cascadas despeñandose desde las cumbres nevadas, pero con unas amenazadoras nubes que al anochecer empezeron a dejar caer alguna gota.

Por la mañana las pocas gotas se habian convertido en una ligera pero incesante lluvia que nos acompaño durante todo el dia. Salimos todos los que habiamos acampado en un grupo junto a la vigilante del camping, ya que en el paso mas alto de la ruta, a 1270 metros, habia riesgo de avalanchas y lo teniamos que cruzar con expertos que nos esperaban en la zona critica. Las vistas que esperabamos disfrutar una vez encima del nivel de la linea de los arboles estaba casi completamente tapada por las nubes que no dejaban ni un momento de descargar sobre nosotros la lluvia primaveral de los Alpes del Sur. Con todo el cuerpo mojado bajamos al albergue en el lago Mackenzie a 1000 metros de altitud, situado en un valle que no podiamos ver en todo su esplendor debido a las nubes.

El jueves afortunadamente dejo de llover, pero para el viernes se esperaba una fuerte tormenta que entraba desde el frio Oceano Antartico, con lo que decidimos volver hacia el principio de la ruta, aprovechar el dia soleado que nos habia regalado esta primavera meridional y estar en la furgo para pasar la tormenta, que en la tienda de campaña el frio y la humedad aprietan y ahogan pero bien. Subimos otra vez hasta los 1270 metros, donde pudimos disfrutar de unas vistas maravillosas. Los picos de estas montañas situadas entre los Parques Nacionales de Fiordland y Mt. Aspiring son sobrecogedores, con sus afiladas cumbres nevadas por encima del nivel del hielo en alguna glaciacion hace miles de años, con montañas erosionadas por otra glaciacion debajo de la primera... todo esto lo podiamos ver gracias a los comentarios del simpatico Jack, que junto a la no menos simpatica Sue, dos canadienses, nos acompañaron en este dia de vistas espectaculares donde incluso pudimos ver el mar entrando por los fiordos del sur, espectaculares lenguas de agua que entran a las frias tierras que miran hacia la Antartida.

Despues del genial dia pasado junto a Jack y Sue, con sus historias de sus viajes por todo el mundo (se conocieron en la Republica Checa!), llegamos a Glenorchy, un pequeñito pueblo con un camping donde disfrutamos de una ducha caliente (al fin!) y pasamos la noche, para despertarnos al dia siguiente con los primeros vientos de la fria tormenta que desencadeno toda su furia hacia el mediodia.

Pero para entonces ya volviamos a Queenstown en nuestra querida Su para seguir la ruta hacia Fiordland, Invercargill y The Catlins, en el sur del sur, lo mas al sur que hemos estado nunca, y que solo lo podremos superar cuando vayamos a la Tierra de Fuego, en Sudamerica, que todo llegara...

De momento nos tenmos que conformar con Nueva Zelanda, que no es poco.

Hacia el sur vamos!

domingo, 22 de noviembre de 2009

Saltar o no saltar. Esa es la cuestion.

Queenstown es una ciudad del sur de la isla del sur de Nueva Zelanda, situada al lado del lago Wakatipu, a 300 metros de altura sobre el nivel del mar. Este gran lago forma una "S" de unos 150 km de larga y el estar rodeado de montañas de hasta 2000 metros de altitud hace que pasear por la ciudad sea un deleite para la vista, viendo el paisaje que la envuelve. Ser una pequeña ciudad de menos de 14000 habitantes no evita que sea un hervidero de gente que va de aqui para alla, de tiendas, de restaurantes, buscando informacion sobre las rutas que ofrece el maravilloso entorno que la rodea, sentados en una terraza tomando una cerveza, cruzando las calles entre el tranquilo pero incesante trafico o simlpemente parados en cualquier acera mirando al cielo. Y es que en el cielo de Queenstown siempre ves uno o dos parapentes descender relajadamente desde el monte Bob's Peak, a 790 metros de altura, y de vez en cuando oyes a alguien gritar de emocion desde alguno de ellos.

Porque emociones fuertes es lo que ofrece esta pequeña ciudad dedicada casi en exclusiva al turismo. En el centro abundan los operadores de deportes de aventura y de riesgo, ofreciendo una gran cantidad de posibilidades para no aburrirte ni un segundo. Puedes pasear por el lago en un tranquilo barco de vapor o en una lancha rapidisima (jetboat), el ya comentado parapente, subir en globo, saltar desde un avion desde mas de 4500 metros de altura en paracaidas, volar en ala delta, hacer rafting, ir en kayak por los rios cercanos, alquilar motos de cross o quads, montar a caballo... y lo que nos estaba interesando mas, el bungy-jumping.

Fuimos a la tienda de AJ Hackett donde ofrecian varias opciones. Hay una plataforma en la ciudad situada a 47 metros de altura donde puedes saltar de noche o de dia viendo Queenstown bajo tus pies, o bajo tu cabeza cuando ya estas colgando de la cuerda. Tambien hay otra plataforma a las afueras de la ciudad en un puente a 43 metros de altura sobre un rio en el que tienes la opcion de saltar sin tocar el agua, solo tocandola o sumergirte completamente en ella. Pero claro, 43 o 47 metros es poco comparado con los kilometros que hemos hecho desde Europa hasta Nueva Zelanda, no?

Asi que nos decidimos por Nevis. Alli hay dos opciones: una plataforma situada a 134 metros de altura sobre un riachuelo desde la que puedes hacer el clasico bungy-jumping (si te atreves, claro) o un puente colgante a 160 metros de altura donde te sueltan en un mega columpio colgado de unos cables de 120 metros, donde empiezas con una caida libre de unos 60 metros, llegando a alcanzar los 120km/h, describiendo un arco de 300 metros de largo. Escogimos el arco (el mas alto del mundo!), dejandonos caer en tandem, los dos juntitos, por eso de agarrarte a alguien cuando el alma se te escapa por la boca en el irreprimible grito inicial que das cuando aprietan el boton que desbloquea el seguro que te mantiene arriba.

Podeis ver algunos videos en YouTube, si buscais Nevis Arc. Tenemos el de nuestro descenso, pero es demasiado largo y no lo puedo colgar aqui. He colgado tambien un par de fotos que he encontrado en la red del arco y del bungy.

Lo peor de todo fue soltar los pies de la plataforma para quedarte colgando del arnes doble donde nos sentabamos. El encargado de soltarnos nos tuvo que poner los pies en el aire, ya que nosotros no podiamos hacerlo por nosotros mismos. Y luego, cuando el pregunta si queremos una cuenta atras, una sorpresa o decir nosotros "YA!", la respuesta es obvia: no queremos ninguna de las opciones!!! Pero que hacemos aqui??? Quien nos mandara meternos en semejantes fregados???

Hasta que oyes: "Que tal ahora?" Y sin darte cuenta estas cayendo mientras gritas sin parar, con los ojos fuera de las orbitas, notando el aire en tu cara pegarte fuerte por la aceleracion estratosferica de la caida libre, hasta que empiezas a balancearte en un largo arco que hace que tu corazon vuelva a latir y puedas darte cuenta de lo que acabas de experimentar. Mi primera reaccion fue abrazar y besar a Andy, pataleando y gritando por la descarga de adrenalina sufrida en tan poco tiempo. Mientras nos volvian a subir, mientras nos quitaban el arnes, mientras veiamos al resto de gente balancearse, mientras volviamos a la base donde te relajas y encargas tu video, mientras buscaba como lo podia colgar en internet, mientras volviamos a la ciudad, mientras cenabamos... no pudimos quitarnos la sonrisa que se nos habia pegado a la cara como una lapa.

Habra que ir pensando en un bungy-jumping en España. Y es que esto engancha. No creo que sea para repetirlo nada mas haber saltado, mejor dejar un tiempo entre saltos para no habituarte demasiado. Ha valido la pena ahorrar mucho para haber podido experimentar esto. (Entrada de Andy.: "la verdad es que Sergi si que queria hacer el bungy, sin embargo yo estaba cagada, porque el hecho de estar en la plataforma de bungy que fuimos a ver y mirar abajo unos 200m es para cagarse. Y el motivo de no saltar mas pesado era el economico, como siempre en nuestras decisiones....)

Jeronimoooooo!

sábado, 21 de noviembre de 2009

Por la orilla del Mar de Tasmania

Dirigiendonos hacia el sur por la costa oeste, cada vez vamos a zonas mas despobladas, donde las ciudades grandes son de menos de 15000 habitantes y los pueblos pequeños los cruzas sin darte cuenta. Kilometros y kilometros de paisaje verde, que segun vamos dejando atras nos van acercando mas a las altas montañas de los Alpes del Sur, verdaderas cumbres nevadas de mas de 3000 metros que hacen que no tengamos ni un segundo de aburrimiento en la carretera al mostrarnos los diferentes paisajes que ofrece esta maravillosa isla del sur. Tan pronto estas inmerso en un escenario alpino digno de los mas abruptos entornos suizos, como ves aparecer entre colinas boscosas el bravo mar que lleva el nombre de Abel Tasman, como tantos otros parajes por el Pacifico sur.

Algo que se va haciendo menos habitual por esta zona es la influencia maori. En la isla del norte estabamos casi constantemente en contacto con la cultura indigena de Aotearoa (nombre maori de Nueva Zelanda) en forma de nombres de pueblos, lagos, montañas... Pero hubo una pequeña leyenda que nos conto el piloto del barco que nos llevo al principio de la ruta costera de Abel Tasman que me gusto especialmente.

Hay una piedra a la orilla del mar, con forma bastante esferica, que segun los cientificos contenia agua en su interior y en alguna glaciacion el agua convertida en hielo hizo que se partiera en dos, dandole una forma muy peculiar. El piloto nos acerco a la piedra y pudimos verla de cerca.

Segun la leyenda maori, el dios de la tierra y el dios de los mares se enzarzaron en una discusion por la propiedad de la piedra, entonces redonda. El dios de la tierra decia que era suya, ya que con la marea baja se podia caminar hasta ella. Pero con la marea alta, la piedra se convertia en una pequeña isla, con lo que la piedra pertenecia al dios de los mares, segun el. De tanto discutir, el dios de los mares se enfado y con su baston de guerra partio la piedra en dos. Desde entonces, cuando hay mala mar es porque el dios del mar esta enfadado por haber recibido la parte mas pequeña de la ahora conocida como Apple Split Rock (Roca Manzana Partida). Esta claro que esta leyenda es mucho mas creible que la teoria de los cientificos, no?

Pues hacia el sur que nos dirigiamos con nuestra querida Su, pasando por lugares con nombres tan sugerentes como Buller Gorge, Charleston, Paparoa National Park, Chesterfield o Hokitika, una pequeña ciudad dedicada casi por completo a la creacion de joyas en jade (nombre europeo), greenstone (nombre neozelandes) o pounamu (nombre maori). La verdad es que hacen verdaderas obras de arte con esta dura piedra verde usada por los maoris para hacer armas y como ornamento.

Pero nuestro destino principal por la costa oeste eran los glaciares Franz Josef y Fox. Se trata de dos de los mayores glaciares de la zona (hay mas de 100), en la vertiente oeste de los Alpes del Sur, las montañas mas altas de Nueva Zelanda, donde destaca el monte Cook con 3754 metros de altitud. En dos zonas bastante turisticas pudimos aparcar a Su para caminar un buen trecho hasta donde te dejan llegar para observar estas dos enormes moles de hielo con seguridad. Verlas de cerca te hace sentir muy pequeño.

Despues de los glaciares seguimos hacia el sur hasta el precioso pueblo de Wanaka, a orillas del lago del mismo nombre, y muy cerca del lago casi gemelo de Hawea.
View Larger Map Alli estuvimos un par de dias en los que tuvimos tiempo para hacer una ruta de unas 4 horas para ver otro glaciar, el Rob Roy, este mucho menos masificado que los anteriores. La vista es diferente, viendolo colgado de las montañas desde abajo, con lo que solo puedes ver una pequeña parte del hielo, pero me impresiono mucho mas que los otros por el lugar donde se encuentra, justo por encima del nivel de los arboles y porque tuvimos la suerte de ver un "pequeño" desprendimiento de hielo que nos dejo las cosas claras con respecto a quien manda aqui: la Naturaleza tiene un poder enorme.

De Wanaka continuamos al sur hasta Queenstown, una ciudad mas pequeña que mi pueblo pero bastante turistica, con opciones de deportes de aventura para todos los gustos. Con un catalogo de Bungy-jumping en la mano fuimos a dormir para ver que podiamos hacer por aqui.

Saltaremos?

viernes, 20 de noviembre de 2009

Un dia cualquiera

Software: Andy. Hardware: Sergi. O sea, que la idea de esta entrada es de Andy, pero soy yo el que la tiene que plasmar en letras juntas que tengan sentido... a ver que sale.

Nos levantamos a eso de las 8:30, cuando el cuerpo nos lo pide. Preparamos el desayuno, que suele ser de avena con leche y fruta, o pan con Nutella o con Mantequilla y vegemite, o una lata de Baked Beans con algo de pan. Un par de tes y a eso de las 9:30 nos ponemos en marcha. Solemos dormir en las afueras de alguna poblacion, por lo que nuestro primer destino es dicha poblacion y vamos al centro a buscar la libreria, donde nos lavamos los dientes y nos conectamos a internet, que suele ser gratis, o al menos mas barato que en los lugares privados. Vamos a la oficina del DOC (Departamento de Conservacion) a que nos informen de las rutas que podemos hacer por la zona, y nos preparamos para alguna de ellas.

Entre unas cosas y otras, nos va entrando hambre, y tomamos un cafe por el centro, donde aprovechamos para cargar las baterias del movil y de la camara. Vamos a comer algo ligero a algun parque, o cerca de algun sitio chulo, o simplemente dentro de la furgo si llueve o no tenemos muchas opciones de movernos.

Por la tarde, despues de haber hecho alguna caminata por los alrededores, vamos a buscar algun sitio para pasar la noche, intentando que sea en la direccion a la que nos dirigimos, cerca de la carretera pero escondidos de la vista de la gente, y procurando no oir demasiado el trafico, que por otra parte es escaso.

Si pasamos cerca de un lago o rio, aprovechamos para bañarnos. Otra opcion es ir a alguno de los muchos lavabos publicos y lavarnos como podemos alli. A veces vamos a las piscinas publicas, y aprovechamos para nadar un rato, meternos en el jacuzzi y disfrutar una ducha calentita.

Preparamos la cena a eso de las 18:30, que suele ser alguna ensalada y una lata de sopa o estofado consistente. De vez en cuando compartimos media botella de vino blanco de la zona, que suele ser bueno, mientras repasamos lo que nos hemos gastado en el dia. Siempre intentamos reducir nuestros gastos para estar tranquilos al final del viaje. Le damos vueltas a la posibilidad de estar uno o dos meses en Australia, segun el dinero que nos quede. Y es que necesitaremos dinero para alargar el viaje, que en un principio termina el 14 de junio de 2010, pero ya se nos esta haciendo corto. Antes de anochecer aprovechamos para leer el libro de turno o la Lonely Planet, preparando los dias siguientes. Y a eso de las 20:30 o las 21:00 vamos a la cama, donde leemos un poquito mas hasta que se nos cierran los ojos.

Esto es lo que solemos hacer en un dia cualquiera de nuestro periplo neozelandes. A veces el dia incluye algun centenar de kilometros, otras veces alguna caminata de 3 o 4 horas, otras veces vamos de compras (aunque no compremos nada...), de vez en cuando escribimos alguna postal, cada 100 km paramos un par de veces a hacer fotos del maravilloso paisaje que nos rodea y siempre, siempre seguimos la ruta con una sonrisa en la boca y otra en el alma por la gran suerte que tenemos de no tener miedo de haber hecho esta decision de dejarlo todo (o casi) para emprender esta aventura que ya nos ha llevado por medio mundo y que aun nos tiene que llevar a ver el otro medio.

Salud!

domingo, 15 de noviembre de 2009

Por el Parque Nacional Abel Tasman

En Diciembre de 1642 el explorador Abel Tasman llego a las costas del ahora Parque Nacional que lleva su nombre, aunque no llego a tocar tierra debido a los enfrentamientos con los maoris. Su mision al servicio de la Compañia Holandesa de las Indias Orientales (VOC) era investigar el territorio conocido como "Nueva Holanda", hoy Australia, de la que los holandeses habían descubierto la costa oeste y debía determinar si la zona pertenecía a la Terra Australis. La VOC esperaba que Tasman pudiera localizar un nuevo e inexplorado continente con fines comerciales, o al menos, encontrar un estrecho a través de Nueva Guinea que les condujera al Pacífico. Tasman no consiguió ninguno de esos objetivos, aunque geográficamente, sus expediciones han sido de las más fructiferas de la historia.

Gracias Wikipedia.

A mediados del siglo XVIII los exploradores Jules Dumont d'Urville, frances, y James Cook, ingles, tambien se dejaron caer por estos lares, estableciendo contacto con los habitantes y cartografiando gran parte de la costa norte de la isla sur de Nueva Zelanda.

En un terreno con tanta historia de exploradores decidimos hacer nuestra pequeña exploracion de la ruta costera Abel Tasman; 51 kilometros de caminata que transcurre entre colinas de hasta 400 metros de altura, playas de arenas doradas, bahias de aguas turquesa, acantilados donde puedes ver colonias de focas y algun que otro pingüino, y los ya conocidos bosques y pastos que nos vienen acompañando en este periplo de nuestro viaje.

No dejan de parecerme sorprendente la cantidad y variedad de helechos que puedes ver en estos bosques. Los helechos carecen de flores, pero es muy interesante ver como crecen, desde el centro, desenrollando sus nuevas hojas como en un interminable bostezo que da la bienvenida a los primeros calores de este verano austral que parece que le esta costando llegar mas de lo esperado. El pasado mes de octubre fue el mas frio de los ultimos 146 años aqui. El clima parece estar un poco loco por los mares del sur, como ya comprobamos en Tonga y Fiji. Y hoy he leido que gracias a USA y a China, no se conseguira firmar el tratado de Copenhague para reducir las emisiones de CO2. Vamos bien, pues.

Desde el pequeño pueblecito de Marahau salio la lancha que nos llevo al norte de la ruta, cerca de una bahia con un pequeño y basico camping gestionado por el DOC, donde montamos nuestra tienda de campaña a mediodia y nos dirigimos unos 10km al norte donde se encuentra el cabo Separation Point, con su colonia de focas que puedes ver bastante cerca desde los acantilados, descansando al sol y sumergirse de vez en cuando a las frias y bravas aguas del estrecho de Cook, que separa las islas norte y sur.

Por esta zona, la mas alejada del principio de la ruta, no vimos a mucha gente, no como los siguientes dias. No es que fuera excesivo el numero de personas que ibamos viendo por el camino, pero con la reciente ruta Queen Charlotte en mente, cruzandonos con 5 o 6 personas al dia, la Abel Tasman nos parecia bastante mas explotada. Y es que aunque este Parque Nacional es el mas pequeño del pais, esta ruta es la mas famosa y la que mas personas recibe al año, duplicando a la siguiente en numero de trampers, como llaman aqui a los que se dedican a hacer rutas por el monte.

Continuando hacia el sur, en etapas de 4 a 6 horas diarias, seguimos disfrutando de la exhuberante naturaleza que nos rodeaba, con una interminable variedad de pajaros con unos cantos tan diferentes a lo que estamos acostumbrados en la vieja Europa que a veces parece que estes oyendo campanas, violines, flautas... moviles... Segun nos explico el capitan del barco que nos llevo a la primera etapa, antes de la llegada de los europeos, en Nueva Zelanda no habian mamiferos terrestres, solo aves y algun que otro reptil, que campaban a sus anchas y no tenian depredadores que diezmaran su poblacion, como hicieron los animales introducidos por los colonizadores. La gran cantidad de aves que hay en el pais es minima comparada con la que habia hace tan solo un par de siglos.

Las siguientes etapas no fueron tan exigentes con las de la anterior ruta, aunque eso no evito que a Andy le saliera alguna que otra ampolla en los pies. Pero la diferencia al final de cada etapa era grande, sin casi agotamiento al llegar a los campings ni agujetas a la mañana siguiente.

Durante la ruta tuvimos frio, gracias al viento marino que soplaba de vez en cuando, calor, gracias al solecito primaveral que se dejaba ver cada dia, e incluso llovio toda la tarde del segundo dia, haciendo que una basica "cocina" con techo de unos 20 metros cuadrados se convirtiera en refugio de los caminantes que iban apareciendo en procesion a resguardarse de la fria lluvia.

El tercer dia tuvimos la suerte de conocer en una playa por la que solo se podia pasar con la marea baja a Katja y Rene, una pareja de simpaticos alemanes treintañeros muy interesantes que se han recorrido medio mundo en sus trabajos y estudios. La ultima estacion fue un par de años en China, que ahora terminaba y volvian a Alemania, a tener hijos, que ya toca segun ellos. Nos tocara a nosotros algun dia?

Al final de los 51km de ruta nos esperaba de nuevo el pueblecito de Marahau, con un camping en el que pudimos darnos una ducha calentita de un dolar y poner una lavadora de 3 dolares. Hay que ver que bien se lo montan estos kiwis!

Ah! Hablando de kiwis, hay 3 tipos de kiwis:

El primer tipo de kiwi es peludo y de un verde apagado por fuera, con un verde mas intenso por dentro, con pequeñas semillas que no molestan cuando disfrutas del dulce sabor de esta fruta venida de china hace ya un monton de años, y que los nativos llaman kiwifruit. Hay otra variedad de kiwifruit, menos peludo por fuera y amarillo por dentro, llamado gold, que no hemos probado pero que nos han dicho que tiene el mismo sabor, solo que es mas caro que el anterior.

El segundo tipo de kiwi se divide en varios subgrupos, aunque todos comparten ciertas caracteristicas, a saber: son muy dificiles de ver, al ser nocturnos; son pequeñitos, aunque mas grandes que el kiwifruit; no se como son por dentro, pero las hembras crian un huevo enorme para su tamaño dentro de su cuerpecito durante 11 meses, y los machos lo incuban despues; no son peludos, sino que tienen plumas; son aves, aunque no vuelan; estan en peligro de extincion, gracias de nuevo a los depredadores introducidos por los colonizadores europeos y a la desaparicion de su habitat natural debido a la mania que tenemos los humanos en deforestar bosques. Este simpatico ave se ha convertido en toda una mascota nacional.

Y el tercer tipo tiene un tamaño variable que puede ir de los 1,5 metros a los mas de 2 metros de altura, suele ser de un color palido, rosado o un poco marron, las hembras no son muy peludas, siendo los machos algo mas peludos en general, pero algo menos que los estandares españoles, por dentro suelen estar rellenos de cerveza, algo de vino blanco y fish & chips, hablan ingles con un acento muy gracioso abusando del sonido i (por ejemplo, para decir izquierda dicen lift, no left) y suelen ser seguidores de la seleccion nacional de rugby, los All Blacks, y de cualquier equipo de cualquier deporte que juegue contra Australia, su vecino, con el que mantienen una especie de relacion necesidad-odio.

Despues de estas dos grandes rutas pusimos rumbo sur, hacia los Alpes del sur, a ver glaciares y playas rocosas en las que con este frio creo que no tendremos muchas ganas de sumergirnos.

Ire informando.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Sarna con gusto no pica

El martes 3 de noviembre llegamos a Picton, la pequeña ciudad costera donde atracan los ferries que llegan de Wellington, en la isla del norte. La llegada a la isla del sur es espectacular; despues de un corto trayecto en alta mar, el ferry entra a la intrincada costa, entre verdes montañas que descienden hasta las incontables bahias de aguas tranquilas. Puede que lo mas parecido al norte de la isla del sur sean los fiordos noruegos, aunque estos son un poco mas calentitos. Aun asi, todavia se podia ver algo de nieve en alguna de las cumbres mas elevadas gracias a la "maravillosa" primavera que estamos disfrutando por estos parajes... Brrrr!!! Ya no me acuerdo de llevar manga corta y sandalias!


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Pero no ibamos a dejar que el frio nos detuviera en nuestros planes de hacer nuestra primera gran caminata por los parques nacionales del pais. Nada mas salir del ferry nos dirigimos al i-Site de Picton para informarnos de la Queen Charlotte track (Pista Reina Charlotte), uno de los grandes recorridos que ofrece NZ. Se trata de una ruta que va de Ship Cove, una bahia con una playita y un par de servicios basicos para los que se atreven a llegar alli, hasta Anakiwa, un pequeño pueblecito costero con un solo barecito instalado en una vieja caravana. Los 71km de ruta serpentean entre montañas de hasta unos 450 metros de altura, recorriendo la intrincada costa de los fiordos norteños de la isla del sur. La duracion estimada es de entre 3 y 5 dias. Nosotros la hicimos en 4 dias, en los que nos deleitamos con las maravillosas vistas del incontable numero de bahias con aguas turquesa, compartimos el recorrido con otros mochileros que ibamos encontrando por el camino, acampamos en los campings del DOC (Dpto. de Conservacion), nos bañamos en los riachuelos de aguas frias y claras que abundan por la zona, cruzamos granjas y pastos privados... y cada noche nos tuvimos que dar masajes para evitar las agujetas de tantas horas caminando arriba y abajo con las mochilas cargadas! Terminamos hechos polvo, con los musculos de todo el cuerpo destrozados, pero la peor parte se la llevo Andy, al salirle varias ampollas en los pies el segundo dia de ruta. Aun asi, cada dia aguanto estoicamente la caminata hasta el fin de cada etapa. Pero al llegar al fin de los 71km no podiamos borrar la sonrisa de nuestra cara.

Despues de la dura ruta, nos dirigimos a Nelson, otra pequeña ciudad del norte, donde nos regalamos un par de merecidos dias de descanso urbano en los que aprovechamos para conectarnos a internet, tomar algun cafe, ir de tiendas (aunque solo compramos lo indispensable!), ir a una piscina con jacuzzi para relajar nuestros maltrechos musculos... e inscribirnos en otra ruta que empezaremos el dia 11 de otros largos 4 dias por la Abel Tasman Coast Track (Ruta costera Abel Tasman), la joya de las rutas de Nueva Zelanda.

Si sobrevivimos a esta volvere a conectarme para escribir sobre ella.

Deseadnos suerte!!!


P.D. Señora Pizzini junior, su mamita aun no esta entre los seguidores del blog. No me diga que aun no ha sido capaz de explicarle como hacerlo??????????

sábado, 7 de noviembre de 2009

Del sur del norte al norte del sur




Con lo bien que estabamos en Rotorua, con baños calentitos (y gratis!), un bonito paisaje que nos rodeaba, zonas controladas donde aparcar a Su (la furgo) para dormir tranquilos... y nos metemos de lleno en una de las zonas mas aburridas del pais. La carretera 43, tambien llamada Forgotten Highway (Autopista olvidada), a veces si que parece un poco dejada de la mano de Dios. Kilometros y kilometros de asfalto van en direccion suroeste, sin mucho que ver a ambos lados del camino excepto vacas y ovejas, con pocas montañas y bosques que alegren la vista. Pero no deja de ser todo verde en Nueva Zelanda. Pastos y mas pastos recuerdan que esto fue un enorme bosque hace solamente un par de siglos.

Antes de llegar al monte Taranaki (nombre maori), o Egmont (nombre europeo), pasamos por el curioso pueblecito de Whangamomona de no mas de 100 habitantes y un hotel/bar/restaurante, cuya unica atraccion es que se han constituido como una republica independiente. Debido a una decision sobre en que jurisdiccion estaba el pueblo, cuyos habitantes no estaban de acuerdo ya que deberian de jugar a rugby junto a su eterno rival, decidieron independizarse. Es curioso ver una simple garita con un cartel que te da la bienvenida a la republica o te dice que acabas de volver a entrar a Nueva Zelanda, segun entres o salgas del pueblo. En el hotel te pueden expedir un pasaporte si quieres.

Continuamos la ruta hasta llegar a Stratford para buscar informacion sobre caminatas por la imponente montaña que domina la zona pero que no podiamos ver en todo su esplendor debido al cielo plomizo que cubria nuestras cabezas. Con pocas ganas de enfrentarnos al frio y la humedad que se respiraba en el ambiente, en el centro de informacion de Stratford nos dijeron que en la otra parte de la montaña hacia un dia soleado perfecto para caminar. Con una sonrisa dibujada en la cara, nos dirigimos a Inglewood, desde donde la carretera sube en una suave pendiente hasta North Egmont, el centro de informacion y punto de partida del Parque Nacional Egmont.

Desde North Egmont las nubes que cubrian la cima nos dejaban apreciar solo de vez en cuando la nevada cumbre de 2518 metros, que realmente es un volcan que entro en erupcion hace unos 350 años y que como curiosidad fue filmado en la pelicula El ultimo Samurai haciendose pasar por el monte Fuji, en Japon, y creando una especie de histeria entre los habitantes cuando Tom Cruise vino a la zona.

Un par de dias despues nos dirigimos al sur por la turistica costa oeste, hasta Wellington, donde habiamos quedado con la simpatica Elise, otra kiwi que habiamos conocido en Tonga y nos habia invitado a su casa. Estuvimos solo una tarde-noche juntos, con sus simpaticos compañeros de piso, compartiendo una cena mexicana y un vino de la zona. Nos convencieron para irnos al dia siguiente hacia la isla del sur, ya que el tiempo parecia que iba a empeorar, y el viaje es mucho mas bonito en un dia soleado que los ventosos y lluviosos dias que se avecinaban.

Al dia siguiente subimos al ferry que nos llevaria a Picton, con ganas de volver a Wellington, la capital del pais, que aunque algunos dicen que no tiene mucho que ofrecer ademas de burocracia, si que tiene una gran vida nocturna y artistica. Aqui todos hacen algo relacionado con el arte, o conocen a alguien que toca en una banda, o es musico, o pintor... y Peter Jackson, el director de la pelicula gore de culto Braindeath y de la algo mas famosa El señor de los anillos y sus posteriores producciones, quien se sigue refiriendo a Wellington como a su hogar.

Ahora si que vamos al sur...