sábado, 31 de octubre de 2009

A las puertas del infierno

Rotorua es una ciudad cercana al centro geografico de la isla del norte de Nueva Zelanda. Cuando este viaje era un simple embrion, a veces me dedicaba a sobrevolar con Google Maps los posibles destinos que ibamos a visitar. Recuerdo que al ver Nueva Zelanda en dicha web, una de las primeras zonas que me llamo la atencion fue el centro-este de la isla del norte y un nombre que se me quedo grabado fue el de Rotorua. No sabia nada sobre ella, pero si echais un vistazo al mapa


View Larger Map
os podeis hacer una idea de porque hemos estado mas tiempo del previsto en esta preciosa aunque maloliente zona. Preciosa por las verdes montañas y lagos azules que lo rodean, y maloliente porque las montañas son mas bien volcanes, ya que esta situada en una linea volcanica que atraviesa la isla de esta a oeste; esto hace que su subsuelo tenga una enorme actividad geotermica, lo que se traduce en una cantidad incontable de lagunas de barro y de agua en constante ebullicion, expulsando a la atmosfera gases sulfurosos que le dan ese peculiar "aroma". Creo que no puedo copiar y pegar el aroma en este blog; tendreis que viajar alli para experimentarlo.


Salimos de Auckland en direccion sur hacia Rotorua por la carretera serpenteando entre verdes pastos plagados de vacas y ovejas, unas veces cruzando bosques, otras cruzando rios, a veces entre montañas no demasiado altas, pero dando al paisaje un toque diferente al del inacabable verde de las colinas de la isla del norte. Paramos solamente a sacar alguna foto y a comer unos "fish & chips" (pescado rebozado con patatas fritas) que nos habian dicho que lo preparan muy bien en Nueva Zelanda. Creo que no paramos en el mejor lugar, ya que habia mas bien poco fish y muchas chips, todo con poco sabor... habra que dar otra oportunidad a los kiwis. Ya casi de noche paramos antes de llegar a Rotorua en una area de picnic de las muchas que hay por las carreteras a cenar y dormir para entrar frescos a conocer la ciudad.


La llegada a la ciudad es muy peculiar: entre montañas se abre Rotorua al lago del mismo nombre, de aqui y de alla se elevan nubes de vapor que salen de las lagunas y pozas de agua o barro en continua ebullicion, mientras poco a poco te empiezas a acostumbrar al olor de azufre que emanan los vapores subterraneos, como venidos directamente del infierno. Como todas las ciudades de Nueva Zelanda, Rotorua no tiene demasiado que ofrecer arquitectonicamente si estamos acostumbrados a los estandares europeos, debido a que aqui un edificio antiguo es como mucho de mediados del siglo XIX, por lo que mejor centrarse en lo que nos ofrece la naturaleza local.


Visitamos el museo de la ciudad, situado en un antiguo hotel-balneario abierto a principios del siglo XX por un medico que descubrio los beneficios de las aguas con todo tipo de minerales, ofreciendo baños de barro, de agua con corrientes electricas (la guia nos dijo que nadie murio electrocutado), de vapor... a los acaudalados señores que se lo podian permitir a principios de siglo y a los heridos de la Segunda Guerra Mundial a partir de los años 40. Nos bañamos en un spa durante la noche, fuimos a una zona termal a unos 25 km donde paseamos entre pozas de barro y de agua de todo tipo, nos bañamos en un rio de agua calentita venida de las profundidades de la tierra, nos resguardamos de la lluvia en unas piscinas para los pies donde los locales van a pasar un rato y relajarse, visitamos un pueblo maori, Whakarewarewa, del que en un principio no esperaba nada al parecer demasiado turistico pero que al final resulto ser muy interesante gracias a las explicaciones del simpatico guia y al entorno de aguas termales que nos rodeaban... En fin, que pasamos tres dias estupendos en la zona, disfrutando de baños calentitos, algo que podeis suponer que no abunda cuando viajas en furgoneta...


Casi siempre es igual: no tienes ganas de dejar un lugar que te gusta, pero necesitas seguir el camino para conocer otros lugares nuevos. Dos sentimientos opuestos que no dejan de acompañarme durante el viaje. Que dura es la vida del viajante...


La brujula señala rumbo sureste hacia el enorme volcan Taranaki. Alla vamos.

sábado, 24 de octubre de 2009

Por el lejano norte


Comprar la furgo fue relativamente facil y rapido. El viernes fuimos a un mercado de segunda mano y vimos una Nissan muy chula en buen estado y muy bien equipada para viajar, pero que no nos convencia del todo. El sabado fuimos a otro mercado y en un par de horas ya habiamos visto y probado la Ford que se convertiria en nuestra querida Su Masai. La hemos bautizado asi porque la matricula es SU447 y el parachoques delantero es como el labio de esas mujeres africanas que se ponen una especie de plato y se lo agrandan un monton. No sabemos si son Masai, pero es lo que se nos ocurrio en ese momento.

Asi que con la furgo bautizada salimos de Auckland a mediodia rumbo norte con la idea de llegar pronto al Cabo Reinga, la punta norte, y bajar relativamente rapido hacia la isla del sur. Todos dicen que la isla del sur es mas bonita, pero lo tiene que ser mucho para ser mejor que el lejano norte (ellos le llaman asi: The Far North). Es una sucesion de verdes pastos y frondosos bosques que unas veces ves acabar en acantilados y otras veces en playas de arena blanquisima. Los pastos muchas veces estan plagados de vacas y ovejas. Dicen que en Nueva Zelanda la relacion ovejas/habitantes es de 10 a 1: 40 millones de ovejas por 4 millones de habitantes. Y los bosques son un poco surrealistas, con enormes arboles muy parecidos a los europeos pero con helechos de todo tipo que llegan a medir mas de 3 metros de altura, dando un aspecto muy peculiar al paisaje.

Despues de haber dormido muy bien nuestra primera noche en Su, fuimos al bosque Waipoua Kauri Forest, uno de los santuarios de kauris del pais. El kauri es un gigantesco y milenario arbol que antes de la llegada de los europeos poblaba una gran parte de Nueva Zelanda, pero que desgraciadamente la buena madera y la goma que segregan hizo que los talaran hasta casi hacerlos deaparecer. Es una lastima ver estos majestuosos gigantes de hasta 16 metros de perimetro y pensar que la avaricia de los colonizadores los acabo convirtiendo en un vestigio de tiempos mejores...

De alli subimos hasta Opononi, un pueblecito en la entrada de una gran bahia parecida a una ria gallega o a un fiordo noruego por su tamaño e irregular costa. En la verde punta sur se encontraba el camping donde dormimos con vistas a la bahia y a la punta norte, una brillante gran duna de fina arena por la que ofrecen bajadas en tablas de snowboard. Veremos si cuando nos recuperemos un poco de la paliza que ha supuesto la compra de Su y todo el equipamiento para la fria primavera de las antipodas podemos apuntarnos a alguna de las muchas actividades que ofrecen los kiwis.

Entre bosques y pastos continuamos nuestra ruta parando en un par de parques donde paseamos por valles y montañas con unas enormes rocas que se desprendieron y rodaron valle abajo debido a los movimientos de la tierra hace unos cuantos millones de años, aprendimos un poco sobre el ave nacional, el simpatico kiwi, dimos un paseo nocturno por un parque donde puedes ver cientos de gusanos brillantes (brillan para atraer a sus presas, que atrapan en una especie de tela de araña) y continuamos maravillandonos ante el verde paisaje que se presentaba frente a nosotros en cada curva del camino.

En un pueblecito donde paramos a hacer unas compras, paramos a una pareja de autoestopistas que iban a casa, a unos kms mas al norte. Los dejamos en su casa y nos invitaron a cafe y a volver a visitarles el volver de la punta norte de la isla.

Acercandonos al norte el paisaje tenia una especie de mezcla entre la agreste flora del Mediterraneo, con sus arbustos duros acostumbrados al sol y el viento marino, y la frondosa verdor irlandesa, con continuos acantilados, bosques y pastos plagados de vacas y ovejas.

Ya en el Cabo Reinga, donde segun los maoris las almas de los muertos descienden a las profundidades en su camino a la eternidad, podiamos ver el fin del mundo desde el acantilado donde se encuentra el faro que indica el punto donde colisionan el Mar de Tasmania con el Oceano Pacifico. Es curioso estar mirando al ventoso norte, donde todos tenemos la idea de frio y mal tiempo, y pensar que realmente estas mirando hacia las calidas islas del Pacifico sur y el Ecuador.

Al volver hacia el sur, paramos en casa de Colin y Marcia (los autoestopistas) y nos quedamos a cenar y a dormir en Su, aparcada en su jardin. Al dia siguiente fuimos todos a pescar en su barco por la tranquila bahia de Houhora. Durante la mañana no pescamos nada, pero disfrutamos mucho de su compañia y de los sandwiches que nos zampamos en una solitaria y soleada playa de arena fina y blanca que nos calento un poquito del frio viento que nos persigue por todo el pais. Despues de comer volvimos a la pesca, esta vez con mucha mas suerte, pues pescamos un buen monton de maomao y kawahai, dos especies de peces locales de unos 30 y 50 cm respectivamente que cenamos muy al volver a casa. Pero antes de llegar al puerto, Colin se equivoco de ruta y terminamos encallados en la arena debido a la marea baja. Tuvimos que saltar al agua y empujar el barco un par de metros hasta que volvio a flotar y emprendimos otra vez el camino a casa entre risas, pero pensando en que menos mal que el fondo era de arena y no de dura roca...

Al dia siguiente, domingo 25 de octubre, nos despedimos por la mañana para seguir nuestra ruta hacia el sur, donde hemos vuelto a visitar a Karen en Auckland y nos esta dejando usar su ordenador para escribir esto y colgar alginas fotos en la galeria de Andy.

Con un cafe en el cuerpo y una calentita ducha dejaremos a Karen para ir a Rotorua, donde nos esperan unas aguas termales que espero que disfrutemos tanto como estamos disfrutando el norte del pais.

Su, rumbo al sur!

domingo, 18 de octubre de 2009

Volvemos a Europa

Despues de 4 meses de viaje por Guatemala, Mexico, Honduras, Belice, California, Tonga y Fiji, volver a la civilizacion europea se me hace un poco dificil. Una vez te has acostumbrado a salir a la calle y que sea relativamente facil subir a un bus o a un taxi para ir a la playa o excursion de turno, volver a una urbanizacion donde el transporte publico es relativamente escaso y las distancias caminando son largas, donde todos se mueven en coche privado de atasco en atasco, van al trabajo, los niños a la escuela, hay pasos de peatones y semaforos que respetar, la gente camina estresada y no se saluda por la calle... volver a todo eso es desconcertante. Pero un momento, he dicho Europa? No!!! Estamos en Auckland, Nueva Zelanda! Hemos vuelto a la civilizacion, pero estamos muy muy lejos de Europa. 19512, 72 km nos separan de Valencia y 17879,33 km de Praga y hay 11 horas de diferencia.

En el avion que nos llevaba desde el calido Fiji hasta Nueva Zelanda, el piloto informaba por los siempre dificiles de entender altavoces que en Auckland estaba lloviendo y estaban a 15 grados... Otra vez a ponernos la ropa de invierno: calcetines con las sandalias, vaqueros y una manga larga. Espero que este frio termine pronto en la primavera de las antipodas porque es la unica ropa de invierno que tenemos! Ya sobre Auckland, por la ventana veiamos nubes y mas nubes. Al descender, podiamos ver un poco de la irregular costa de la ciudad, rodeada de bahias por todas partes. Es una ciudad montañosa, aunque mas que montañas, lo que abunda aqui son los volcanes ya que esta construida sobre 50 volcanes y no todos ellos estan completamente extinguidos: la ultima erupcion fue hace solamente 600 años.
En el aeropuerto nos esperaba Karen, una simpatica kiwi que habiamos conocido en Tonga y que nos habia invitado a su casa, como casi todos los hospitalarios kiwis que hemos conocido. De camino a su casa paramos en un centro comercial a comprar comida y ropa adecuada para las excursiones que nos esperan en estos tres meses por las tierras del Señor de los Anillos. como ya he dicho antes, desconcierta un poco entrar a una tienda y ver que las estanterias estan llenas de todo lo imaginable. Se nos hacia la boca agua al volver a ver la seccion de quesos repleta de sabores, colores y olores diferentes entre los que poder elegir... mmmmm...

En casa de Karen estuvimos del 15 al 20 de octubre. 5 dias en los que nos dedicamos a conocer un poquito la extensa ciudad (es muy grande para solamente 1,2 millones de habitantes), hacer un par de excursiones a unas preciosas playas de arena negra rodeadas de imponentes acantilados, recorrer tiendas y mas tiendas en busca material de camping y hacer la gran compra de nuestro viaje: una simpatica furgoneta con una cama para dos que se convertira en nuestro hogar durante los proximos 3 meses! Es una Ford del 94 con poco mas de 300.000 km que compramos por 1700 euros y esperemos que aguante hasta que la podamos volver a vender antes de dirigirnos a Australia. Ah! La furgo se llama Su Masai (ya os dire porque). Ahora mismo subiremos a Su para que nos lleve hacia el Cabo Reinga, en el lejano norte del pais, donde se unen el Oceano Pacifico y el mar de Tasmania, que nos separa de Australia.


Salud!

martes, 13 de octubre de 2009

Segundo tsunami??? Pues nos vamos

Vanua Levu no es una isla demasiado grande. Pero claro, si Fiji es un pais pequeño sus islas no pueden ser grandes. Aun asi, el estado de algunas de las carreteras de Vanua Levu hace que parezcan interminables. Viajar en viejo bus mas de 100 km a una media de poco mas de 30 km/h no es la forma mas eficaz de moverte, pero te da tiempo a disfrutar del paisaje. Ver la frondosa selva de Fiji terminar en el oceano con unos colores azules que te quitan el hipo es una experiencia maravillosa. Realmente nos sentimos afortunados de haber emprendido esta aventura que ya nos ha llevado por centroamerica y el Pacifico sur durante casi 4 meses... lo que significa que ya hemos consumido una cuarta parte del nuestro añito sabatico! Habra que pensar en alguna forma de alargarlo, porque esto se nos esta haciendo corto.

Volvimos a casa de Elayne despues de Taveuni y estuvimos con ella y Scott unos 3 dias en los que disfrutamos de su hospitalidad, fuimos con Elayne a hacer snorkel, les ayudamos a montar una cama y a limpiar un poco el jardin... Tambien fuimos una mañana a una granja de ostras donde producen perlas. Parece que las perlas negras de Fiji son famosas y muy valoradas por los entendidos en joyas, cosa que nosotros no somos, por lo que fuimos a aprender de donde salen estas bolitas tan apreciadas. Resulta que la perla no es otra cosa que una defensa de la ostra contra algo irritante, creando una capa dura que aisla ese algo. Esa capa dura es la perla, y segun el color de los labios de la ostra la perla tiene un color u otro, aunque todas se llamen perlas negras de Fiji. Una vez al año vienen a Savusavu un par de tecnicos japoneses que se dedican a abrir un poquito las ostras e implantarles unos trozos de labio del color que necesitan, ademas de una pequeña bolita de un material duro que es lo que molesta a la ostra y le hace crear la capa protectora, o sea, la perla. A veces la ostra simplemente expulsa la bolita o crea una perla pequeñita con una forma irregular, que son las de menor calidad. Las que no expulsan la bolita crean una perla que puede tener varios niveles de calidad, dependiendo de lo redondas que sean y de la irregularidad que tengan en el color. Las ostras pasan los 12 o 18 meses que les cuesta crear la perla colgadas de una extensa red de cuerdas a unos 5 metros de profundidad en la bahia de Savusavu que tuvimos la oportunidad de ver en un paseo para hacer snorkel en la granja. La vida media de las ostras es de unos 8 años y despues de unas 3 o 4 veces de producir perlas nos dijeron que simplemente se las comen. Ademas, pulen las conchas para hacer artesania. Como los cerdos, aqui se aprovecha todo.

Como siempre, las despedidas son tristes, pero teniamos que dejar la casa de Elayne para ir a Labasa, una ciudad del norte de Vanua Levu que no tiene nada que ofrecer. Pero nos habian dicho que el trayecto valia la pena, ya que la carretera serpentea entre montanas frondosas con una gama de colores verdes interminable. De alli fuimos al pequeno puerto de Nabuwalu a unos 150 km de Labasa (otra vez 35 km/h de media...) a esperar el barco que nos llevaria a Ovalau, una pequeña isla al este de Viti Levu (la isla grande) donde ibamos en busca de tiburones martillo y mantas, ya que es una zona muy buena para ver grandes peces. Pero en Nabuwalu nos esperaba una sorpresa: antes de subir al barco la policia paso advirtiendo de que habia habido un terremoto en el vecino pais de Vanuatu y estabamos en alerta por tsunami. Teniamos unos 45 minutos para ir a algun punto elevado antes de la posible llegada de la gran ola. Afortunadamente cerca de nosotros estaba la estacion de policia en un cerro elevado lo suficiente para estar seguros. Estuvimos mas de una hora y media mirando al horizonte, escuchando las novedades por la radio, viendo al barco alejarse de la costa para estar seguro, para al fin, cuando la alerta habia pasado y ningun tsunami se habia creado regresar al puerto a cargar los vehiculos y personas que nos dirigiamos al sur.

Tardamos unas 5 horas en llegar a la primera parada en Viti Levu, donde descargaron el barco y bajaron las personas que no continuaban hasta Ovalau. Esperamos en el barco hasta darnos cuenta de que no habia ningun pasajero a bordo. Como nadie nos decia nada, preguntamos a la tripulacion si ibamos a la otra isla y nos dijeron que no, ya que por el retraso por la alerta de tsunami no tenian tiempo de cargar el barco, y teniamos que pasar una noche en Suva, la capital, la aburrida capital. Eso nos cambiaba nuestros planes, ya que nos quedaba poco tiempo en Fiji y no valia la pena desperdiciarlo en trayectos en barco que no sabiamos si nos traerian de regraso a tiempo para coger el avion que nos llevaria a Auckland. Asi que despues de mucho pensar decidimos ir a Beqa Lagoon, al sur de Viti Levu.

Beqa Lagoon es un punto de inmersion donde hacen algo que no nos gusta: inmersiones-espectaculo en las que alimentan tiburones. Creo que interferir en la cadena alimentaria natural de estos grandes depredadores no es bueno, ya que creas una dependencia de estos hacia los buceadores. Ademas los tiburones pueden asociar los barcos (y lo que es mas peligroso, los buceadores) con comida. Y si no les das comida... pues tienes que saber que son animales salvajes con hambre. Nos habian hablado bien de la inmersion y habiamos leido que es uno de los pocos lugares del mundo donde tienes la posibilidad de ver hasta 7 variedades diferentes de tiburon en las 2 inmersiones que se hacen al dia. Decidimos no hacer caso a nuestras ideas y hacer las inmersiones.

Las inmersiones consisten en que primero bajan los submarinistas que alimentan a los tiburones con la comida (pescado) y luego bajamos los guiris junto a unos guias a unos 25 metros de profundidad. Nos ponen a todos en fila detras de una cuerda y a unos 3-4 metros los alimentadores empiezan a sacar pescado de unos contenedores de basura. Empieza el espectaculo con una cantidad innumerable de "trevallys" gigantes (no se como traducirlo, pero son algo asi como atunes gordos) y remoras (esas que se pegan a la base de los tiburones para aprovechar los desperdicios), ademas de otros peces mas pequeños, rodeando a los alimentadores. Cuando ya no distingues a los alimentadores y todo es una nube de sedimento, burbujas y peces, empiezas a ver a los tiburones acercarse. Los que mas vimos fueron los tiburones grises de arrecife, tiburones de puntas blancas y negras, tiburones limon y el gran ( o mas bien gordo) tiburon toro. Todos estos van desde mas o menos un metro de longitud hasta los mas de tres metros. Los guias nos dejaban acercarnos de uno en uno a tocarlos. Es una sensacion extraña tocar la piel de un tiburon. Es como una especie de papel de lija, rugoso, aspero. La segunda inmersion fue mas de lo mismo, a menos profundidad, y al salir todos, los guias vieron un enorme tiburon tigre (mas de 4 metros de bicho) y volvieron a bajar un rato con el. Fueron unas inmersiones dificiles de olvidar, pero no puedo decir que me gustaran. Es verdad que impresiona ver un depredador de mas de 3 metros delante de ti, pero la imagen que se me quedo fue la de ver a estos preciosos tiburones meter toda la cabeza dentro del contenedor de basura a buscar la comida. Y esa creo que no es la imagen que todos tenemos de los tiburones, no?

Continuamos por el sur de la isla, en direccion oeste hasta Sigatoka. Alli fuimos a un eco parque donde puedes ver una gran y bien cuidada representacion de la flora y fauna mas representativa de Fiji: iguanas, loros, zorros voladores (murcielagos grandotes), serpientes, ranas y todo tipo de plantas y arboles.

En el hotel conocimos a una pareja muy curiosa: ella es una fijiana de 40 años, divorciada y con 3 hijos y el un indo-fijiano de 24 años. Los dos mantienen una relacion que tienen que esconder porque sus respectivas familias no lo aceptarian, al ser de etnias diferentes. Esto lo puedo entender, pero lo que no entiendo es que ella no aceptaria por nada del mundo que sus hijos (fijianos) tuvieran una relacion con una indo-fijiana. Desde luego, no entiendo a los fijianos...

En Sigatoka pasamos el 12 de octubre (cumple de Andy: FELICIDADES!!!) viendo unas carreras de bilibili, unas canoas hechas de largas cañas de bambu atadas entre ellas y propulsadas por 7 remeros. Son unas divertidas fiestas que celebran cada año el lunes siguiente al 10 de octubre, el dia de la independencia de Fiji. Ademas de las carreras de bilibili hay competiciones de todo tipo: carreras de relevos de camareros con la bandeja llena de vasos, competiciones de lanzamiento de huevos, carreras de relevos de kayak... Los equipos estan compuestos por el staff de los hoteles cercanos, y se toman muy en serio la competicion, aunque el motivo principal es divertirse.

De aqui fuimos a Nadi, a la casa de Diana, una couchsurfer amiga de Elayne donde pasamos los ultimos 2 dias en Fiji, un pais que nos ha encantado y al que pensamos que vale la pena venir desde Europa (no como Tonga) para admirar todo lo que ofrece sobre el agua y sobre todo, debajo de ella.

Hoy, 14 de octubre, escribo esto ya con la mente puesta en Nueva Zelanda (vamos mañana), pero aun con el sabor de Fiji en la boca.

Hasta siempre Fiji!

domingo, 11 de octubre de 2009

La inmersion numero 100 en pleno tsunami

Llegamos a Taveuni despues de un interminable trayecto en un destartalado bus por el camino con mas baches por metro cuadrado de todo el hemisferio sur y tres horas en un barco viendo una peli de Bruce Willis en la que dispara mas balas por pistola que baches habia en el camino anterior y mata a dos o tres malos con cada bala. En la tercera isla mas grande de Fiji montamos la tienda de campaña en un precioso camping a la orilla del estrecho de Somosomo, uno de los mejores lugares del mundo para bucear. Y es que aqui las corrientes marinas son bastante fuertes, transportando nutrientes que alimentan a pequeños organismos que en cadena van alimentando a otros seres mas grandes. Bajo el agua tienes la posibilidad de ver coral duro y blando, nudibranquios, serpientes marinas, barracudas, morenas, atunes, tiburones de arrecife, mantas, tiburones martillo, ballenas piloto y jorobadas... el escenario ideal para celebrar nuestra inmersion numero 100. Y de casualidad esta inmersion fue en el mejor lugar para bucear del estrecho, la Gran Pared Blanca. Situada en el Arrecife Arco Iris (podeis imaginar porque se llama asi: colores y mas colores bajo el agua) la pared en cuestion desciende hasta las profundidades cubierta de coral blanco, por lo que la llaman la pared nevada. Pero para ver todo el coral blando en su esplendor hay que esperar a que las condiciones sean las idoneas, sin demasiada corriente para no ser arrastrado y verlo demasiado rapido pero no totalmente calmado, para que los polipos del coral esten abiertos y ver todos sus colores. Llegamos al punto de inmersion y Wais, el Divemaster fijiano nos dijo que habia que esperar a que subiera la marea, porque habia demasiada corriente. Ibamos a bucear Martina, una simpatica eslovaca que se alojaba en el mismo camping, Andy y yo. Estuvimos esperando una hora y media, cosa que era un poco extraña ya que la marea debia de haber subido hacia un buen rato. Pero al bajar al agua vimos que la espera habia valido la pena. Afortunadamente hemos tenido la suerte de bucear en algunos de los lugares considerados como los mejores del mundo (Canarias, Islas Cies, Belice, Honduras, Indonesia...) pero algo de lo que me considero aun mas afortunado es de la posibilidad de asombrarme aun bajo el agua al ver escenarios como el de esta inmersion. Nada mas bajar te encuentras con coral duro de todo tipo donde viven peces de todos los colores que te puedas imaginar. Seguimos a Wais bajando hasta unos 18 metros y llegamos a la entrada de un ancho tunel que bajaba hasta unos 26 metros. Al entrar pudimos ver un precioso pez leon y una morena en un recodo del tunel, resguardados de la ligera corriente. La salida del tunel se veia impresionante, con los rayos del sol alumbranco coral y mas coral. Y al llegar a la salida, nos esperaba a nuestra izquierda la gran pared. Es espectacular ver toda esa cantidad de coral blanco descender hasta la oscuridad azul del Pacifico. Si nos separabamos un poco de la pared no podiamos ver donde terminaba todo ese coral blando. Si nos acercabamos para verlo desde cerca descubriamos la gran cantidad de pequeña vida que alberga este gigantesco ecosistema. Desgraciadamente no vimos ningun gran pez. Es lo unico que nos falto para considerar la inmersion perfecta. Al salir a la superficie tenia la impresion de que habia valido la pena venir hasta la otra parte del mundo y poder ver este espectaculo marino. La guinda a la inmersion la pusieron un grupo de ballenas piloto, una especie de delfines grandotes pero sin morro, que nos hicieron disfrutar de lo lindo jugando con la popa de nuestra barca, nadando rapidamente y saliendo a la superficie delante de nosotros hasta poder tocarlas con la punta de los dedos. Genial.

Cuando volvimos al centro de buceo, hacia las 14:00, nos dijeron que habia habido un tsunami en Samoa. Aqui no habia afectado, pero por la mañana la policia habia avisado de que se alejara todo el mundo de la costa y fuera a algun lugar elevado. Lo unico que nos dijeron que se noto era que se alejaba el mar un par de veces, dejando al descubierto la barrera de coral que rodea la costa y luego volvia a acercarse, pero sin olas violentas. Parece que el tsunami fue el culpable del retraso en nuestra entrada al agua, pero no notamos ninguna ola extraña. Como en la isla no teniamos cobertura ni acceso a internet, les pedi a los del centro de buceo que me dejaran conectarme para enviar un par de e-mails tranquilizando a nuestros familiares (gracias de nuevo, Reka).

Si en Tonga es donde empieza el dia al estar al lado de la linea internacional de cambio de fecha, en Fiji, concretamente en la isla de Taveuni, es donde se encuentra el meridiano 180. Waiyevo es un pueblecito como cualquier otro en la isla con un campo de rugby como cualquier otro, pero con un cartel a un lado por donde pasa el meridiano 180. Aqui es donde nos encontrabamos literalmente mas lejos del meridiano de Greenwich. Era divertido pasar de un lado a otro: ahora estamos en hoy y nos vamos a ayer, ahora nos vamos a mañana, ahora tu estas en ayer y yo en hoy... Vaya, que pasamos un rato con estas tonterias.

En Taveuni tambien fuimos a un tobogan natural en un rio, en pleno bosque. Muy divertido pero despues de unas cuantas bajadas nos dejo algun moraton en el culo.

Hicimos otra excursion acompañados de Martina y Bill (un norteamericano que no callaba ni bajo el agua) por las paradisiacas playas donde se rodo "El lago azul", llegando a unas cascadas donde nos dimos un refrescante chapuzon, que completo nuestra estancia en esta preciosa isla. Volviamos a Vanua Levu, a casa de Elayne para poco a poco ir terminando nuestra estancia en Fiji.

Pero aun nos quedaban mas de 10 dias en los que esperabamos bucear un poco mas para ver algun gran pez, que se estaban escondiendo demasiado, y para relajarnos bajo algun cocotero.

Salud!

jueves, 8 de octubre de 2009

El palacio de la reina del mango

El trayecto nocturno desde Suva hasta Savusavu lo pasamos casi todo durmiendo, excepto las 2 peliculas que me trague (casi me indigesto), "Fast and furious" y "Delta force". A ver cual de las 2 era mas violenta, con menos guion y con mas estupideces por minuto. Pero a los fijianos parece que les encanta ver pelis de tiros, cuanta mas sangre, mejor. Pero claro, como son muy religiosos (metodistas, catolicos, adventistas... aqui hay de todo) no se puede ver ni medio culo, que los niños pueden tener malos valores morales.

Savusavu es la capital de Vanua Levu, la segunda isla mas grande de Fiji. Llegamos a las 4 de la madrugada y esperamos casi una hora dentro a que descargaran, ya que no teniamos nada que hacer en la ciudad hasta que abrieran algun cafe, a las 7. Despues del barco, dormimos un ratito mas a la estacion de buses hasta que pudimos ir a tomar algo y decidir como ir a la casa de Elayne, la couchsurfer que nos hospedaba a unos 13 km de Savusavu. Hasta que subimos al bus de las 10 que nos llevo a su casa, estuvimos descubriendo la ciudad, que se compone basicamente de una calle principal llena de tiendas de todo tipo, un mercado, algunos restaurantes y poco mas. La verdad es que llamarle ciudad a esto es un poco optimista. Pero Fiji es pequeñito, y casi todo es a escala. Excepto los fijianos, que suelen ser grandes. O mas bien anchos. Suelen contrastar bastante con la mayoria de los indios, que son flaquitos. No es que pasen hambre, es que su constitucion es asi. Compramos algo de comida para llevar a casa de Elayne y subimos al bus.

Los buses de Fiji son en su mayoria destartalados Leyland ingleses sin ventanas. Suelen tener una lona enrollada que solo desenrollan si llueve bastante. Asi que el aire, el polvo y todo lo que vuele entra y sale del bus sin pagar billete. Pero lo mejor de los buses es el ingenioso sistema de aviso de parada. En la parte delantera del bus hay 2 timbres de bici, uno a cada lado. Estan conectados a una cuerda que va por los laterales del techo hasta el final del bus, con lo que cuando quieres que el conductor pare, tiras de la cuerda y suena el timbre. El gracioso, simple y barato al mismo tiempo.

En un precioso enclave, cerca del mar y rodeada de cocoteros y arboles y plantas de todo tipo se encuentra la casa de Elayne, que nos esperaba en la carretera. Mangoqueen, que es su nombre en Couchsurfing, es una inlesa que vive con su hijo Scott de 9 años en una casa de madera llena de libros, botellas de todo tipo que colecciona Elayne, juguetes de Scott, buenas vibraciones y mosquitos. El repelente natural de aceite de coco y otros aceites esenciales que prepara Elayne fue nuestro aliado durante nuestra maravillosa estancia en su casa. Salimos a pasear por la playa, vimos un partido de rugby, fuimos a bucear (colores y mas colores bajo el agua...), hacer snorkel, Scott nos enseño una cascada que hay a 10 minutos de su casa en la que nos dimos un chapuzon... En fin, que pasamos unos dias geniales con ellos compartiendo experiencias en su terraza desde donde se pueden ver unos atardeceres preciosos sobre el mar. Incluso un dia fuimos a Tarita, el barco del noruego Klaus que habiamos conocido en Tonga y que estaba en Fiji donde lo dejaria "aparcado" hasta el año que viene, ya que tenia que volver a trabajar a su pais. Trabajar? Esa palabra me suena...

Despues de unos 6 dias en Savusavu y sus alrededores nos dirigimos a Taveuni, la tercera isla mas grande de Fiji, aunque el tamaño no importa. Lo que importa es que es la "Garden Island" (Isla Jardin), dada su exhuberante vegetacion, aunque habiamos leido que mas exhuberante aun es el fondo marino del estrecho de Somosomo, entre las dos islas, que Jacques Cousteau se encargo de catalogar como uno de los 10 mejores sitios de buceo del mundo. De hecho su hijo tiene un resort carisimo (desde 500 US$ la noche sin incluir el buceo) en Vanua Levu, cerca del estrecho. Nosotros cogimos prestada la tienda de campaña de Elayne para ver si pagabamos algo menos.

Realmente sera tan bueno el buceo aqui como dicen?

domingo, 4 de octubre de 2009

Bula Fiji!

Bula! Es lo primero que oyes al llegar a Fiji. Significa Hola! y no dejas de oirlo en todo el pequeño pais de menos de un millon de habitantes. Si Tonga son las "friendly islands", Fiji parece que son mas "friendly" aun. Todos te saludan con el Bula! de turno y una sonrisa. La verdad es que no parece que sea un pais con tantos problemas politicos, culturales y raciales.

Fiji es una "democracia" en la que aprox. un 40% de los habitantes son indo-fijianos, descendentes de indios que vinieron a trabajar en el boyante negocio del azucar de mediados del siglo XIX. Aunque todo hay que decirlo, vinieron desde la entonces colonia britanica de India a trabajar en condiciones que mejor no imaginarnos. Esto ha creado un tipo de marginacion de los fijianos hacia los indo-fijianos, que se traduce en que en muchos pueblos viven en "barrios" diferentes y se mezclan poco, ademas de tener culturas muy diferentes. Debido a que casi cada legislatura no termina gracias a los continuos golpes de estado (afortunadamente no violentos), la Commonwealth expulsa y admite a Fiji cada dos por tres. Y los gobernantes o dictadores de turno modifican, anulan, crean... la constitucion a su antojo, entre otras cosas dando mas o menos poder a los indo-fijianos y a los Jefes. Y que son los Jefes? Pues son una especie de gobernantes vitalicios de cada pueblo, comunidad, isla, provincia y de todo el pais que no son elegidos democraticamente y tienen un gran poder en los pueblos pequeños y algo menos en las ciudades. Su poder en el conjunto del pais depende del gobernante de turno y la constitucion a la que haga caso. Asi que si esto es una democracia yo soy un buen escritor.

Llegamos a Fiji el 15 de septiembre empezando aqui nuestro tercer mes de viaje. En el aeropuerto nos estaba esperando un taxista que habia enviado Fi, una couchsurfer con la que habiamos contactado y que nos ofrecia alojarnos en su casa en Viseisei, un precioso pueblecito tipico donde dicen que llegaron tanto los primeros pobladores de esta isla como los primeros misioneros europeos a cristianizar a los pobres fijianos, pobrecitos ellos tan lejos de la civilizacion y de todos sus grandes progresos y proezas, su cultura y sus buenas maneras, amen. Viseisei esta a unos pocos kilometros de Nadi y su aeropuerto internacional, en Viti Levu, la isla principal de Fiji. Ya conociamos la bulliciosa Nadi de nuestro dia perdido en Fiji antes de ir a Tonga, y no teniamos muchas ganas de volver a sus ajetreadas calles, por lo que la tranquilidad del pueblecito nos encanto nada mas llegar. La gente del pueblo nos recibo con el Bula! de turno y con las tipicas preguntas de nuestro nombre, nacionalidad, de donde venimos y a donde vamos, si estamos casados y tenemos hijos... pero todo en un tono muy agradable, asi que movernos por el pueblecito a veces se convertia en una odisea, con toda la gente parandote para hablar un rato. La casa de Fi y Api, su marido, es una tipica casita fijiana con pocas comodidades, pero en la que nos alojamos muy a gusto sin mas gastos que la comida, que nos encargabamos nosotros de comprar y compartir con ellos. La primera noche nos ofrecieron el "kava", una bebida un poco narcotica hecha de unas raices molidas que sabe a agua sucia. No entiendo como los fijianos la beben casi cada noche, al igual que en Tonga, si incluso ellos admiten que no tiene demasiado buen sabor. Misterios de la vida... El caso es que la ceremonia del "kava" se convierte en una tertulia nocturna que casi siempre se prolonga hasta bien entrada la madrugada, sino hasta la mañana siguiente, a la que se van uniendo vecinos y familiares conforme avanza la noche. Nosotros bebimos los primeros cuencos (medio coco) y fuimos a dormir no demasiado tarde, ya que todavia sentimos el jet lag desde Guatemala...

La mañana siguiente nos sirvio para descubrir lo perezosos que son los fijianos. Fi y Api no se despertaron hasta el mediodia, cosa que se repitio casi cada uno de los 5 dias que estuvimos con ellos. Y estuvimos un buen tiempo con ellos ya que Fi no trabaja (se dedica a sentarse delante del ordenador todo el dia) y Api no trabajo esa semana porque se rompio un amplificador del hotel de 5 estrellas donde toca la bateria. Ademas llovio casi todos los dias, con lo que solo pudimos salir un dia de excursion a una montaña donde hay un jardin de orquideas increibles y unos nacimientos de agua caliente que se conviertio en el unico baño caliente que pudimos disfrutar aqui. Tambien hay una piscina de barro en la que retozamos como gorrinos un buen rato. Tambien tuvimos la posibilidad de asistir a una boda de un Fijiano con una Tongana, para lo que nos dejaron ropa un poco mas decente que la nuestra.

Agradecidos por la hospitalidad de Fi y Api nos dirijimos un domingo a Levuka, la segunda ciudad mas grande de Fiji donde hay un templo Hare Krisna en el que despues de la lectura y gracioso baile del que desgraciadamente no podiamos hacer fotos, habia una deliciosa comida preparada por la comunidad Hare Krisna de la ciudad. Si alguna vez teneis la oportunidad de asistir a alguna lectura en un templo Hare Krisna, os lo recomiendo, ya que lejos de ser una secta a la que tengamos miedo, es una comunidad que dentro de sus tabus y sus creencias intenta ayudar a los demas y ser feliz. Nada mas que eso sin pedir nada a cambio.

Despues de la comida fuimos en autobus hasta Suva, la capital de Fiji, por la larga carretera que bordea el sur de Viti Levu, en un trayecto de unas 4 horas. Suva ya es una ciudad relativamente grande y mucho mas bulliciosa y sucia que Nadi, que no tiene mucho que ofrecer a los turistas, por lo que fuimos directamente a comprar los billetes del barco que nos llevaria a Vanua Levu, otra de las incontables islas de Fiji. Alli nos esperaba Elayne, otra couchsurfer que nos ofrecia alojarnos en su casa, a unos 13 km de Savusavu, la capital de Vanua Levu. Ya de noche, con una fina llovizna dejamos la isla principal para buscar la maravillosa vida submarina que todos dicen que hay bajo las aguas de Fiji, la capital mundial del coral blando.

Asi que vamos a bucear antes de que el coral se endurezca!