Vaya diferencia! Despues del viaje con los veinteañeros, pasamos la primera tarde con Holger y Sabine sentados en el jardin de su casa en Alice Springs sin parar de hablar. Con ellos tuvimos la gran oportunidad de aprender un monton y de sentir que se interesaban realmente en lo que les podiamos contar. Son una super interesante pareja entrada en sus cuarenta que ha viajado y vivido por medio mundo, son expertos buceadores, biologos marinos, muy concienciados en temas de ecologia, inteligentes, siempre con ganas de conocer a nueva gente con diferentes intereses... La semana anterior encontrabamos un gran refugio en sumergirnos en nuestros libros y evitar conversaciones vacias. Esta etapa con Holger y Sabine nos parecio un paseo por el paraiso. Y eso que tambien son alemanes! Por cierto, ya que aman el mar y estan aqui tan lejos de el, les trajimos una botella de agua marina de las playas de Adelaide. Podeis ver la cara de agradecimiento que hicieron al probar un par de chupitos de oceano...
Nuestros dias en Alice Springs comenzaban tempranito con un maxi desayuno que nos preparaba amablemente Holger. Sabine se iba a la escuela donde es profe de adolescentes y Holger nos dejaba en el centro antes de ir a su trabajo, una especie de consultoria medioambiental. La pequeña ciudad de unos 30.000 habitantes en medio de Australia parecia a priori un sitio con poco que ofrecer, pero pudimos ir a una exhibicion del Royal Flying Doctors Service, un grupo de medicos que han acercado la sanidad a muchas de las remotas poblaciones del pais. Tambien fuimos a la estacion del telegrafo, la razon de ser del pueblo. Al lado de un nacimiento de agua (spring) que llamaron Alice (de ahi el nombre del pueblo) se instalo un repetidor de telegrafo que conectaba Adelaide con el norte del pais por la Stuart Highway cruzando el torrido centro de Australia y llegando hasta Londres, la capital de la entonces colonia britanica. Las condiciones de vida entonces eran durisimas, sobre todo para los niños aborigenes que asistian forzados a la escuela que fundaron los colonizadores en la misma estacion.
Las galerias de arte abundan en el centro, con pinturas aborigenes esperando ser compradas por los turistas que pasean bajo el torrido sol. Los aborigenes, invisibles en la costa este, estan presentes por todas partes, sobre todo en los parques y centros comerciales. Gracias a nuestros anfitriones pudimos profundizar mucho mas en la situacion de los aborigenes.
Durante el siglo XIX los colonizadores europeos se dedicaron basicamente a comprar o confiscar las tierras de los aborigenes. La diferencia era poca, ya que el concepto de posesion y de compa-venta era nuevo para ellos. Eso se traducia en compras de terrenos increiblemente grandes a cambio de unas pocas armas y algo de ropa. Ademas, los primeros misioneros venian a convertir a los indigenas a base de separar a los niños de sus familias, "civilizarlos" y limpiar la sangre aborigen negandoles tener relaciones entre ellos al llegar a la edad adulta. Hay toda una generacion en Australia llamada "la generacion robada". El resultado es que la mayoria de aborigenes sufren de alcoholismo y son totalmente incapaces de adaptarse a la vida occidental. No he visto una cultura tan diferente a la nuestra. Y cuando digo la nuestra me refiero a la de Europeos, Americanos (norte y sur), asiaticos... Un pequeño detalle: ellos consideran el olor corporal como algo que compartir. Si yo huelo mal, paso mi mano por la axila antes de darte la mano, asi compartimos mi olor y somos mas amigos. Hemos descubierto que la verdadera experiencia australiana reside en el aroma de los aborigenes. Nada comparable en el resto del mundo!
Las tardes las teniamos ocupadas con paseos por algunos pequeños lagos donde las ranas abundaban al haber llovido, una interesante charla sobre arañas, interminables atardeceres en el jardin de nuestros anfitriones que se prolongaban hasta bien entrada la madrugada... en fin, experiencias que sin la ayuda de gente viviendo alli no hubieramos podido encontrar.
Puede que debido a las pocas horas de sueño que disfrutabamos en la casa, decidimos alquilar un coche para pasar el fin de semana en West MacDonnell Ranges, una cadena montañosa que atraviesa el centro del pais. Lo que casi siempre es una seca ruta entre gargantas, roca roja y polvo se nos presento como una zona verde que sin ser exhuberante casi no dejaba ver la tierra quemada por el sol. Ademas, las lagunas semi-permanentes que hay por el lugar estaban bastante llenas y nos permitieron algun que otro chapuzon que se agradecia al superar cada dia facilmente los 35 grados. Pero lo mejor de estar en el agua era que las moscar no nos perseguian. La compra de dos sombreros con una red que nos cubre la cara para evitar a las moscas ha sido la mejor inversion de toda Oceania!
Y ya con la guia de Singapur, Malasia y Brunei comprada nos fuimos acercando al dia que nos despediamos de estos geniales e incansables viajeros que nos dieron mucha y muy valiosa informacion de la zona, ya que han vivido, estudiado y trabajado por Malasia, Filipinas y Tailandia, y sobre todo han buceado por casi todo el sudeste asiatico.
Pero antes de llegar a Asia teniamos que ir a Cairns, la meca del buceo en la Gran Barrera de Coral de Australia. Podra nuestro exiguo presupuesto soportar los caros precios del buceo australiano?
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