jueves, 14 de enero de 2010

Y para acabar, un par de semanas de vacaciones

Mañana volamos hacia Sydney. Tengo ganas de ir, por todo lo que significa ese gran pais-continente llamado Australia (o OZ o Down Under): modernas ciudades, cultura milenaria aborigen renaciendo despues de la terrible persecucion llevada a cabo por los colonizadores europeos, clima extremo, incendios, inundaciones, dingos, canguros, koalas, wallabys, emus, serpientes, arañas, moscas, tiburones, medusas, cocodrilos, ornitorrincos, cerveza FRIA!, vinos tintos de calidad (al fin!), destino codiciado por viajantes europeos, nombres de ciudades, rios, montañas, que te hacen reir (Parramata, Kookaburra, Wollongong...), carreteras interminables, desiertos, inmensas granjas de ovejas en los desiertos y vallas antidepredadores en las inmensas granjas en los desiertos.


Hace poco termine un libro de James Woodford, The dog fence (La valla de perros), sobre una de las estructuras mas largas creadas por el ser humano, con 5400 km. En ella, Bill Sandow, un vigilante de la valla, tiene que pasar dias en el desierto en su patrulla por la valla. Resume el silencio del desierto durante la noche y lo solo que te puedes sentir en una frase: As long as you fart, you're still alive (Mientras te tires pedos, estas vivo).


Esa frase me hace prever que cuando lleguemos a Australia se habra acabado la educacion hiper-britanica de los neozelandeses. Los kiwis no suelen, por ejemplo tener frio. Ellos como mucho te preguntan si crees que parece que el tiempo esta empezando a ser un poquito mas fresquito. O no tienen hambre. Se dedican a dar alguna indirecta como dando a entender que puede que haga ya un poquito de tiempo mas del normal desde la ultima comida. Y si expresan sus sentimientos directamente es que ya estan congelados, o asados, o muertos de hambre, o necesitan verte urgentemente, o les va a estallar la vejiga... Y claro, despues de pasar unos dias con Karen tiene la impresion de que siempre me quejo de algo, cuando yo solamente expreso lo que me pasa o lo que siento, sin esperar ninguna reaccion. Diferencia de culturas, supongo.


Pero son encantadores. Los kiwis (humanos) no nos hicieron esperar mas de media hora en las carreteras de la peninsula de Coromandel haciendo autoestop despues de haber vendido a Su y haber decidido colgarnos la mochila de nuevo y probar esa forma de viajar que aun no habiamos experimentado en Nueva Zelanda. Parece ser que como nosotros recogiamos a cualquier autoestopista (no habia muchos) los dioses de la carretera se apiadaron de nosotros y nos regalaban un viaje con algun lugareño que amablemente se interesaba por nuestros paises y nuestros viajes y nos contaban los suyos y sus vidas.


Regan, el canadiense que vio el liquido negro salir del tubo de escape de Su, parece que entendia algo de mecanica y se convencio de que era solo condensacion de aire. Al final, despues de regatear y bajarnos el precio 100 dolares (ya la habiamos bajado 250 el dia anterior), la compro junto a Erin, su novia, por 3850 dolares. Creo que ha sido una buena inversion, ya que nosotros pagamos 3400 dolares por ella, pero nos habiamos gastado casi 600 dolares en reparaciones. 150 dolares, o 75 euros mas la gasolina creo que es un muy buen precio para el alojamiento y transporte durante tres meses por estas dos alargadas islas que forman Nueva Zelanda. Pero aparte del negocio, nos daba un poquito de pena despedirnos de Su, esa roja Masai que fue nuestro hogar, acompañandonos a visitar a todos nuestros amigos kiwis que tan amablemente nos han acogido, subiendo y bajando puertos de montaña a escasos 90 km/h, llevandonos a ver una naturaleza que tantas veces nos ha dejado con la boca abierta.


Y esta noche, mientras Karen le enseña a Andy fotos en blanco y negro de su niñez, siento que me cuesta escribir mas sobre Nueva Zelanda. Los que me conoceis sabeis que soy un culo de mal asiento. Me encanta esta pais, pero despues de tres meses ya quiero ir a Australia. Voy a ver el Opera House de Sydney. Voy a pasear por su puerto. Me siento afortunado. Pero mas bien, soy decidido. Pero creo que ya sabeis quien me ayuda a decidirme.

Andy, vamos ya a Australia?

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