domingo, 3 de enero de 2010

Navidades en la luna

Estas no son las primeras navidades o fin de año que pasamos sin frio. Hace unos años tuvimos la suerte de ser invitados a la boda de los geniales David y Fer en Gran Canaria. Aunque no hacia frio y habia gente en la playa, el ambiente navideño español (o europeo) se dejaba notar en el ambiente. Pero aqui en las antipodas ha sido muy muy diferente a lo que estamos acostumbrados. Al fin, durante estas fechas hemos tenido buen tiempo veraniego, aunque sin un calor sofocante. Calorcito, dias largos y poca decoracion navideña nos dejaba sorprendidos al ver en el calendario que era 24 de diciembre y que teniamos que ir a un camping a preparar la cena de Nochebuena mientras esperabamos a Karen, que venia desde Auckland hasta el Parque Nacional Tongariro, en el centro de la isla del norte.

El dia de Navidad nos levantamos sin resaca debido a la ausencia de ambiente festivo durante la Nochebuena, pero habiendo compartido una buena cena con Karen, nuestra anfitriona en Auckland que se habia apuntado a hacer la ruta del Parque Nacional Tongariro con nosotros.


En el centro de la isla, en una zona con gran actividad geotermal debido a estar en la union de las placas tectonicas Pacifica y Australiana, se encuentra Taupo, un pueblo en la costa del lago del mismo nombre, el mas grande de Nueva Zelanda. Al sur del lago se encuentran tres imponentes volcanes de hasta 2.291 metros de altura, por los que transcurre la ruta norte que hicimos en tres agotadores dias de caminata por un paisaje lunar, arido, seco por la cantidad de piedra volcanica que rodea los crateres de estos volcanes. El primer dia, 25 de diciembre, tuvimos la suerte de disfrutar de las mejores vistas en un precioso dia sin nubes y sobre todo sin gente, ya que todos estaban celebrando la Navidad. Es una gozada subir casi sin gente la empinada ladera del volcan Tongariro con el perfecto cono del volcan Ngauruhoe a nuestra derecha y algo mas a lo lejos el masivo volcan Ruapehu con su cumbre siempre nevada, y llegar al Red Crater, un acantilado de puede que un centenar de metros de profundidad, que es uno de los crateres del Tongariro.

Tras  la dura subida y las increibles vistas, nos esperaba una bajada mas dura aun por una inestable y pedregosa rampa que hacia que las botas se nos llenaran de grava a cada paso que dabamos. Pero abajo nos esperaban los Lagos Esmeralda, unos crateres inundados por un agua cristalina junto a los que pudimos hacer un alto en el camino para dar un respiro a nuestros maltrechos pies. Aunque para maltrechos pies los de Karen, que termino con unas llagas que le cubrian por completo los dos talones y con las uñas de los pies rojas de la presion al bajar, y que se convirtio en una visita al hospital al volver a Auckland donde le pusieron la antitetanica y le dieron un tratamiento con penincilina. Pero aguanto estoicamente los tres dias de ruta, en parte por el entrenemiento que varios años de trabajo en oficina no le han hecho olvidar, ya que ha viajado por medio mundo en misiones de paz con Naciones Unidas al ser una paramedico del ejercito neozelandes.


Cada final de etapa era una gozada al llegar a los bien acondicionados refugios donde podiamos cocinar y tener buenas conversaciones con el resto de gente que hacia la ruta, como tres jovenes israelis con los que pudimos hablar abiertamente del conflicto con los palestinos, dandonos una vision diferente a la que tiene la mayoria del mundo. Y no digo ni buena ni mala, sino diferente. Al final de la ruta, con 57 kilometros de pedregoso terreno recorrido en tres dias, nos esperaban unas piscinas termales en las que descansar nuestros apaleados cuerpos que nos supieron a gloria.

Despues de esta ruta fuimos a Taupo, donde el 29 de diciembre asistimos a un rodeo al mas puro estilo americano, donde toros de una tonelada se debatian en increibles saltos contra unos empecinados jinetes que se dejaban la piel intentando dominarlos. Aunque mas impresionantes eran los caballos salvajes, que con rabiosos rugidos, coces y saltos hacian que fuera incluso mas dificil para los jinetes mantenerse unos segundos encima de sus grupas. Incluso a uno de los jinetes se lo llevaron en ambulancia tras ser descabalgado tras unas incesantes embestidas del furioso caballo que intentaba domminar. Obelix siempre decia su famosa frase "Estan locos estos romanos", pero al ver a estos no-romanizados kiwis, me da la impresion de que todavia estan mas locos...


Y ya de camino a Auckland paramos en un camping a celebrar el año nuevo rodeados de gente, aunque si la Nochebuena fue algo sosa, la Nochevieja lo fue aun mas, y eso que conocimos a una pareja de Barcelona con la que compartimos la entrada en 2010. Pero de fiesta nada, ya que antes de la 1 ya estabamos en cama en la que podria ser nuestra ultima noche dentro de Su.

El dia 1 de enero ya nos dirigiamos a Auckland, a casa de Karen, para aprovechar el fin de semana para vender la furgo, nuestra querida Su, que nos habia llevado por este maravilloso pais, del norte al sur y del sur al norte, durante mas de 2 meses, recorriendo 7.720,8 km en los que nos habia dado algun quebradero de cabeza que esperabamos que no se repitiera al intentar venderla. Y es que no venderla se podia convertir en un grave problema para nuestro maltrecho presupuesto, deseoso de recuperar algo de los 1.700 euros que habiamos pagado por ella.

En Auckland hay dos grandes mercados al aire libre en el que los vendedores de coches pagan entre 10 y 20 euros por exponer su vehiculo. Un mercado bastante centrico es el sabado, y otro menos centrico pero mas grande, el domingo. Nosotros fuimos al del sabado, donde ya la habiamos comprado al llegar al pais para ahora intentar venderla, pero habia bastantes furgos en venta y pocos compradores, por lo que fuimos el domingo a intentar venderla. En este mercado nos vimos los mismos compradores y vendedores que el dia anterior, y muchos mas coches en venta mas bastantes mas compradores. Ya habiamos hecho algunos amigos entre los vendedores, e incluso aproveche para dar una mini-clase de español a un par de ingleses que iban a sudamerica en unos meses; habia que pasar el rato de alguna forma, visto el aburrimiento del dia anterior. Pero aqui habia mucho mas movimiento. Entre los muchos que se acercaron a ver a Su, un canadiense vio que al ponerla en marcha salia del tubo de escape un liquido negro que no daba muy buena impresion. Dijo que podia deberse a la condensacion del aire o a algo peor, que perdia aceite por algun motivo...

Ayayay... Faltaba una hora para cerrar, nuestros amigos del dia anterior ya habian vendido sus furgos y yo queria esconder la mancha negra bajo el tubo de escape de la nuestra.

Por favor, que alguien nos la compre!!!

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