miércoles, 10 de febrero de 2010

La isla canguro

Adelaide es la capital de South Australia, un vinicola y surfero estado del sur de Australia. Pese a ser la capital y tener mas de un millon de habitantes conserva un aire de pueblo grande, con su centro de calles anchas y ordenadas en cuadricula y su bullicioso mercado al lado de Chinatown, un no menos bullicioso enclave de restaurantes asiaticos, tiendas de "todo a dos dolares", peluquerias, tiendas de moviles, supermercados... Creo que ese aire de poco congestionado centro se lo da el hecho de que los australianos derrochan lo que mas tienen: espacio. Aqui cualquier barrio minimamente a las afueras esta a media hora en coche. Y si ellos consideran que algun sitio esta lejos... preparate para conducir horas y horas.

Tony y Shirley, la pareja de couchsurfers que nos ofrecia su casa en Adelaide, viven en una gran casa de finales del siglo XIX a pocos metros de una interminable playa de arena que si estuviera en España estaria abarrotada de turistas. Pero estando en Australia esta siempre vacia. Como mucho hay un par de personas con camiseta entrando al agua y volviendo a la arena con solo las piernas mojadas. Y es que aqui siempre sopla un viento que unido a la temperatura del agua no hace que sea un maravilloso placer meterse en el oceano. Pero claro, desde aqui hasta la Antartida no hay nada. Bueno, agua, mucha y fria agua.

Pasamos unos dias con esta pareja de empedernidos viajeros ya jubilados, entre recuerdos de sus aventuras por la Europa de los '70 con un Morris de tres marchas (una especie de Mini pero un poco mas largo) comprado en Inglaterra, por el sudeste asiatico donde vive su hija (en Camboya), por el "outback" australiano en su gran Toyota 4X4, disfrutando de opiparas barbacoas, tapas, platos asiaticos, postres, cervezas y vinos... hasta que engordamos un par de kilos y decidimos alquilar un coche para irnos mas al sur.

Kangaroo Island (La isla Canguro) es la tercera isla mas grande de Australia, despues de Tasmania y Melville. Esta situada al sur del pais, separada del continente por el estrecho Investigator. Segun las guias de viaje y los departamentos de conservacion es un paraiso donde viven armoniosamente canguros, wallabis (canguros pequeños), echidnas y ornitorrincos (extraños mamiferos oviparos), koalas, goannas (lagartos de mas de medio metro de largo), abejas Ligurian (parece ser que solo se ven por aqui, pero yo no entiendo mucho de abejas), decenas de especies de aves y algunas plantas la yacca, una especie de palmera con hojas/pinchos muy largos. Tambien dicen que los locales son amables gentes que tienen muy en cuenta el fragil medio ambiente de esta isla. Nosotros tuvimos la suerte de conocer a algunos de ellos y tener otro punto de vista diferente al oficial, destinado a los turistas.

Con nuestro flamante Toyota Corolla sedan por una de las muchas carreteras sin asfaltar llegamos a una de las eco-atracciones de la isla, Emu Ridge, una plantacion de eucaliptus que se dedica a destilar y producir artesanalmente aceite de eucaliptus. Al entrar, una pareja de jovenes voluntarios alemanes nos hicieron la explicacion de turno de como trabajan, vimos el DVD con mas informacion sobre la destileria y fuimos a catar algunos de los potentes vinos locales. Hablando con Karim y Nilo, los alemanes, pronto nos sentimos super bien, contandonos nuestras respectivas aventuras de viaje, y les ofrecimos llevarlos al terminar su trabajo a dar una vuelta por la isla. Conocimos a Bev y Larry, los amables dueños, y pronto nos invitaron a la barbacoa que iban a preparar por la tarde regada con una sangria que nos ofrecimos a preparar.

Con Karim y Nilo fuimos a Little Sahara, unas dunas en las que puedes alquilar tablas de snowboarding. Tambien fuimos a una larga y solitaria playa de fina arena con unas enormes olas que nos centrifugaron y que hacian que no nos dieramos cuenta de lo fria que estaba el agua. Al llegar a la granja preparamos la sangria y disfrutamos de la barbacoa de canguro marinado, ternera y salchichas, ademas de una interesante conversacion con Larry, que entre trago y trago de bourbon nos hizo entender algo mas como ven los locales el conservacionismo oficial. Ellos entienden que hace falta conservar la naturaleza que les rodea, pero tambien ven que mas que destinado a proteger el medio ambiente, el sistema esta destinado a sacar el dinero de los turistas en caros tours para ver lo mismo que se puede ver por libre (creo que no hace falta decir a cuantos tours nos apuntamos...). Y ademas los locales no reciben ni un dolar de lo que cobran los sitios oficiales. Otros locales con los que hablamos tambien nos dieron la impresion de no estar demasiado contentos con el sistema.

Pero en la semana que estuvimos en la isla disfrutamos mucho de la fauna y flora tan peculiar, de las playas y acantilados que la rodean, de unos cielos plagados de estrellas, donde se puede ver la Via Lactea con claridad, Orion, Marte, algun satelite de vez en cuando surcando a gran velocidad el firmamento, una luna que brilla tanto que deslumbra y la Southern Cross (Cruz del sur) que no se puede ver desde el hemisferio norte pero que podeis ver en la bandera australiana.

De alli cruzamos otra vez el charco para entrar a la Peninsula Fleurieu, al sur de Adelaide para poco a poco ir subiendo hasta la ciudad, donde teniamos que dejar el coche. Aqui el calor ya empezaba a ser sofocante, con cada dia mas de 30 grados a la sombra, parando a dar algun chapuzon en las playas ya  menos frias, y disfrutando de la primera playa nudista de Australia, Maslin Beach, que nos sorprendio al ser la playa mas bonita en la que hemos estado, con un agua clarisima, blanca arena y unos acantilados de piedra caliza con diferentes tonos ocres perfectos para la rojiza puesta de sol que nos regalo la Madre Naturaleza. Todo esto lo disfrutamos al mismo tiempo que nos dimos un paseo por las incontables bodegas que ofrecen catas del maravillo vino australiano, con el poderoso Shiraz como estrella de McLaren Vale, una zona con tanto sol que lo normal son vinos de mas de 14% de alcohol... Me encanta la sangre de Cristo!

Una noche, despues de haber buscado sitio para aparcar en una urbanizacion medio deshabitada al lado de la playa, reclinamos los asiendos para dormir al son de las olas. A una hora intempestiva de la madrugada me desperte para hacer una de las necesidades que mi cuerpo treintañero me demanda despues de beber mucho intentando sofocar el calor diurno. En la tranquila noche pude ver el cielo estrellado y sobre el horizonte del oceano, un amanecer de otro mundo en medio de la noche me presento en exclusiva una luna arabe de un color rojizo como nunca habia visto. La poca contaminacion luminica regala estas experiencias.

Ya estoy deseoso de ir al outback, como llaman aqui al centro del pais, un inmenso desierto que seguro que nos regalara noches con unas estrellas brillantes que haran dificil volver a pegar los ojos.

Mientras tanto, ya tenemos reservada la mega caravana con tres camas dobles que vamos a compartir con unos jovenes alemanes en los mas de 2000 km que recorreremos desde Adelaide a Alice Springs, justo justo debajo del Tropico de Capricornio. Los lugares que nos esperan por el camino tendremos que irlos descubriendo por las largas carreteras australianas.

Ahora voy a disfrutar de la barbacoa de canguro que tenemos para cenar en casa de Shirley y Tony.

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