miércoles, 22 de julio de 2009

Buceando en Honduras

Despues de Guatemala, fuimos a Honduras con un poquito de preocupacion por el golpe de estado, pero habiendonos informado de cual era la situacion para los turistas. Y ya que la situacion era del todo normal, pues a Honduras que fuimos. Salimos de Livngstone (Guatemala) en una lancha mañanera hacia Puerto Barrios, en la frontera con Honduras. La entrada al pais fue muy normal y no parecia que hubera ninguna situacion especial con respecto a la politica o al ejercito. Subimos ya en Honduras a un bus (leeento, muuuy leeento) que nos llevo a San Pedro Sula, la segunda ciudad mas grande de honduras despues de la capital, Tegucigalpa (me encanta ese nombre). En el camino lo unico extraño fue que nos pararon en un control militar, nos hicieron bajar a todos y a los hombres nos pusieron de cara al bus, y a algunos hondureños jovenes les cacheaban y les hacian algnas preguntas, sobre todo se interesaban por si tenian tatuajes (!). A las mujeres las tenian un poco apartadas del bus y les pedian la documentacion. A mi solo con ver que tenia el pasaporte español me dejaron subir. Aparte de eso, no notamos nada extraño. La vida parece seguir su ritmo normal aqui.

De San Pedro Sula fuimos a Tela, y despues de tropecientas horas de viaje decidimos descansar en esa ciudad del Norte caribeño del pais. La ciudad ofrece alguna excursion por los alrededores, donde hay alguna zona protegida y algunos poblados garifuna que llegas y te ofrecen mas tours por una laguna. Pero nosotros lo unico que hicimos fue bañarnos en la playa (al fin!) y comer un pescado que preparan al estilo local. Muy bueno, pero tampoco es para recordarlo toda nuestra vida. Lo que si que fue interesante es que llegamos alli en la parte de atras de una camioneta y volvimos igual, con un australiano y una estadounidense que se apuntaron a la vuelta. O sea, que si te buscas la vida te puedes ahorrar unas Lempiras (moneda local) y ademas difrutas mas del viaje. Tela no nos ofrecia mucho mas, asi que fuimos a La Ceiba, una ciudad con un muelle donde salen los ferries hacia Utila, la isla desde la que escribo.

Utila es una isla al final del arrecife de coral que va de Yucatan, en Mexico, hasta aqui, pasando por todo Belice y la poca costa cribeña de Guatemala. Es el segundo arrecife mas grande del mundo, despues de la Gran Barrera de Australia. La isla vive de la pesca y sobre todo del turismo, y la mayoria de turistas aprovechan para hacr cursos de buceo, que dicen que son los mas baratos del mundo. Ademas te ofrecen un fondo marino excelente. Coral y mas coral y todo tipo de vida marina: peces trompeta, tortugas, langostas, peces cofre... incluso la posiblidad de ver al magnifico tiburon ballena, el pez mas grande del mundo (hasta 16 metros de bicho bajo el agua!). Hoy casi lo hemos visto, ya que no se suele ver buceando, sino desde el barco. Cuando se ve un grupo de atunes saltando sobre la superficie significa que estan comiendo. Y el tiburon ballena come lo mismo. Asi que entre las 2 inmersiones de hoy hemos visto atunes y los hemos seguido, pero se han ido pronto y no hemos visto nada. Otra vez sera.

Aqui hmos estado en Paradise Divers, un centro de buceo local, no extranjero como la mayoria, que nos habian recomendado. El ambiente es muy bueno, y casi cada noche hacemos una barbacoa con el pescado que nos vende el Zorro, un pescador que viene cada mañana a ofrecernos lo que haya pescado. Mientras escirbo esto estan haciendose las brasas para asar una barracuda y unos jureles que ha pescado Kanu, nuestro instructor madrileño. Y digo instructor porque no solo nos hemos dedicado a bucear, sino que hemos aprovechado para hacer el curso de Rescue Divers. Para los que no sepan que es eso, es un curso que te capacita para aplicar primeros auxilios en general y saber como actuar en caso de accidente de buceo. Es un curso agotador (hemos rescatado unas cuantas veces a Kanu y a Gary, su ayudante) pero en el que aprendes mucho y te da seguridad al bucear. A ver si al final acabamos trabajando en esto del buceo...

La isla la verdad es que no la hemos visto mucho. Un paseito el otro dia y hoy una vuelta en las bicis de Kanu y de Miguel (otro instructor, italiano), pero como las inmersiones agotan tanto y hace tanto calor han sido mas bien cortitas. La zona donde vive la gente y estan los hotelitos y los centros de buceo son un par de calles casi siempre llenas de gente, bicis, motos, quads, algun tuk-tuk (si, como en India o Tailandia!) y pocos coches, que aqui las distancias son cortas.

Y mañana nos vamos de aqui en direccion a Belice y lo que en España nos venden como Riviera Maya y aqui todavia no se lo he oido a nadie. Aqui simplemente es el estado mexicano de Quintana Roo y un pedacito de Yucatan, bañados por el caribe. A ver lo que nos espera...

Voy a ver si ya estan las brasas y ponemos el pescado a fuego.

Buen provecho!

martes, 21 de julio de 2009

Resumen de Guatemala

Ahora que ya hemos dejado atras la preciosa naturaleza guatemaltea, tengo ganas de escribir sobre como me he sentido alli y lo que me ha parecido el pais. Llegue alli con muchas ganas de patearnos el pais de arriba a abajo, de visitar templos Maya, ver volcanes, ciudades coloniales, mercados, y sobre todo de conocer a sus gentes, que me habian comentado que son muy simpaticos y habladores. La realidad, despues de haber pasado alli casi un mes en dos etapas ha sido algo agridulce. La naturalza es genial. El Altiplano, el lago Atitlan, la selva del Peten... Hemos visto cocodrilos, monos, lagartos, murcielagos, colibris e insectos de todo tipo (algunos mas bien los hemos sufrido). Ver los volcanes desde Antigua y desde el lago Atitlan es muy chulo, aunque pocas veces los hemos visto despejados de nubes. Y subir al volcan Pacaya fue toda una expriencia, con la lava tan cerca. El lago Atitlan tambien es una pasada, con sus imponentes volcanes alrededor, pero entristece ver algunas bahias con tanta basura. A los guatemaltecos les falta en genral cultura de reciclaje y de no tirar la basura en cualquir parte, pero tambien les falta infraestructura para deshacerse de todos los productos y envases que les vendemos desde el "primer mundo". Lo mismo en las carreteras, donde algunos trozos se convierten practicamente en vertederos de latas, plasticos, papeles... La selva del Peten es una pasada. Las interminables y frondosas montañas hacen que te caiga la baba contemplandolas... hasta que ves alguna zona deforestada, sobre todo en zonas no protegidas. Pero la caminata de tres dias por la selva del Zotz, en el Peten, fue toda una experiencia. Los pueblos no eran nada espcial, a excepcion de Antigua, con su aire colonial, y el cementerio tan colorido de Chichicastenango. Y el famosisimo mercado de Chichi (como lo llaman aqui, no seais malpensados) es muy interesante, pero cualquier otro es mas o menos igual, solo que menos grande. Otra gran atraccion del pais son los transportes, especalmente los "chicken bus". Son antiguos buses estadounidenses o canadienses de las escuelas, de esos que salen en las pelis. Los guatemaltecos y los viajeros que no van "all-in" normalmente viajan en ellos, y los locales cargan de todo, incluidos animales, de ahi el nombre. Pero algunas veces van abarrotados, como esperabamos, y otras no, con lo que el viaje se hace mas comodo (y aburrido). Las ruinas son muy interesantes, y las de Tikal son espectaculares, pero personalmente no es lo que mas me atrae. Los viajeros con los que nos hemos encontrado han sido algunos geniales, y otros solo de hola y adios, pero esto pasa en todo el mundo. Y por fin, algo que me ha decepcionado ha sido la gente. No son muy habladores, no te saludan, no se interesan por los extranjeros, y nos ha dado la impresion de que intentan estafarte en cualquier cosa que necesites. Hemos estado en varios sitios del mundo y hemos regateado por cosas que nunca pensamos que lo hariamos, pero de ahi a ver como continuamente te cobran mas por todo (incluida comida y transporte, no solo cosas prescindibles) solo por ser extranjero, nos ha hecho salir del pais con un poco de mal sabor de boca.

No quiero que parezca que lo hemos pasado mal alli. De hecho volveria a ir si el mundo no fuera tan grande ni hubiea tantos sitios por descubrir, pero me parece mejorable en esos aspectos. Tampoco quiero juzgarlos ni culparles si no son tan amables como creia (puede que tengan sus razones), pero creo que si un turista te saluda con una amable sonrisa por lo menos se merece otra sonrisa.

Bueno, y aqui lo dejo que tengo que seguir con mi curso de Buceador de rescate aqui en Honduras.

Burbujas!

jueves, 16 de julio de 2009

Donde cristo perdio la alpargata a nosotros nos robaron las sandalias

Todo comenzo en Livingstone, un pueblo en la pequeña costa caribeña de Guatemala. Llegas alli y parece que has cambiado de pais. La gente es casi en su mayoria negra, descendientes de africanos venidos al caribe hace aproximadamente un numero exacto de años. Los lugareños te saludan mas de lo habitual en el resto del pais. La verdad es que eso se agradece, ya que veniamos con una idea de hospitalidad y buen rollo con los locales que en realidad no hemos encontrado. Los guatemaltecos nos han parecido mas bien secos y con pocas ganas de relacionarse o comunicarse con los viajeros. Pues eso, que llegamos a mediodia y despues de alojarnos en un hotelito dimos un paseo por el pueblo. Es un lugar curioso, porque esta aislado del resto del pais al no tener carreteras que lleguen alli; solo se puede acceder a Livingstone en barca. Quisimos dar un paseo de unos 8 km hasta unas cascadas llamadas Los 7 Altares, que es casi la unica atraccion a la que se puede acceder caminando, ya que el resto se hace en barca. Pero como ya eran las 14:00 y amenazaba tormenta decidimos dejarlo para la mañana siguiente, siguiendo el consejo de una señora mexicana que nos abordo en la calle ofreciendo las mil maravillas que preparaba en su restaurante. Una señora que si hablara menos creo que ganaria clientes, ya que se convierte en un poco pesada cuando te dice por enesima vez que prepara comida de 10 paises a un precio incomparable y bla bla bla...

Pues al dia siguiente caminamos por la sucia playa hasta los 7 Altares. El camino podria ser mucho mas bonito si la playa estuviera limpia, no solo de troncos y barro que arrastra el rio que desemboca en Livingstone, sino de la basura que hay por toda la orilla. Es una lastima que un pais tan bonito este tan lleno de basura. Ademas no te dan ganas de bañarte porque el agua es marron por el rio. Asi que llegamos a las cascadas con ganas de darnos un chapuzon y al pasar la primera cascada (hay 7, de ahi el nombre) decidimos dejar las sandalias en un lado del sendero para no cargarlas todo el camino, ya que ibamos casi todo el tiempo por el agua. Parecia un lugar seguro, con pocos turistas e inaccesible para posibles ladrones. Llegamos a la septima cascada, conocimos a una parejita suiza muy simpatica y nos bañamos y saltamos de la cascada hasta que tuvimos suficiente.

Cuando decidimos volver, nos cruzamos con un grupo de chicos locales un poco borrachos que nos hicieron temer por nuestras queridas sandalias, y al llegar a donde las habiamos dejado, nuestros temores se convirtieron en realidad: habian desaparecido. Que tontos llegamos a ser al dejarlas alli a la vista en un pais en el que nos habian contado ya tantos robos. Asi que en la entrada lo comentamos a la familia que vigila y cobra la entrada y nos dijeron que habia entrado muy poca gente, y que seguro que habian sido ellos. Esperamos a que volvieran, y efectivamente, uno de ellos las llevaba envueltas en unos pantalones debajo del brazo. Con mucha alegria las recuperamos, pero quedaba lo mas dificil: volver caminando las 2 horas que nos separaban del pueblo sabiendo que los fallidos ladrones tambien andaban por alli. Y nuestras plegarias fueron escuchadas en forma de dos señoras muy simpaticas que habian alquilado una barca para volver a Livingstone y se ofrecieron muy amablemente a llevarnos de vuelta, a lo que accedimos con mucho gusto y tambien se sumaron los suizos.

Volvimos entre risas al pueblo, pero con ganas de salir del pais para dirigirnos a Honduras, a ver como estaba la situacion politica despues del golpe de estado de Micheletti contra Zelaya.

Adios Guatemala! Fue bonito, pero la verdad, peor de lo esperado.

Salud!

lunes, 6 de julio de 2009

Incomunicados en la selva del Zotz

Llegamos a Flores, una ciudad/isla en el lago Peten Itza en el departamento de Peten, el mas grande de Guatemala. El trayecto fue ameno a pesar de 60 km de camino sin asfaltar lleno de baches que hay antes de llegar a la carretera que va a Flores. Viajamos hablando con el conductor, viendo el paisaje de ranchos de vacas y plantaciones de papayas, y conociendo a Ramon y Laura, unos catalanes que estaban dos meses en Mexico y aun les quedan seis meses mas hasta llegar a Brasil, donde puede que terminen su viajecito o se queden a vivir perdidos en el Matto Grosso. Nos alojamos en el mismo hotel y reservamos una ruta de tres dias caminando por la selva hasta terminar en las ruinas de Tikal.

La ruta empezo en un pueblecito de cabañas de madera (Cruce dos Aguadas), donde caminamos con Enrique, nuestro guia, y Jose, que llevaba dos caballos con las provisiones y las tiendas. Salimos del pueblo saludando a todos los niños que nos encontrabamos por el camino y despues de un buen puñado de horas entre pastos y selva tristemente deforestada para crear mas pastos, empezo a llover, con lo que la caminata se volvio mas dura por el barro que se pegaba a las zapatillas. Pero al fin llegamos al campamento, situado a la entrada de las ruinas del Zotz. Antes de las siete fuimos a la entrada de una cueva donde viven millones de murcielagos que salen de ella a las siete. Mas que murcielagos parecia un inmenso enjambre de abejas sobre nuestras cabezas. Tardan unos 15 minutos en salir, pero nos decia Enrique que a las cuatro de la mañana vuelven y tardan una hora en entrar. Vaya, como una operacion retorno en cualquier ciudad europea. Hay tres tipos de murcielagos: los que comen frutas no van muy lejos de la cueva; los que comen insectos van un poquito mas lejos; y los que chupan sangre (de animales, no de humanos, aunque esto ultimo creo que no esta cientificamente probado) viajan mas lejos de la cueva para alimentarse. Cenamos y nos preparamos para dormir en tiendas de campaña nuestra primera noche en la selva. La verdad es que dormimos poco debido al calor, los insectos que se oian toda la noche (fuera de la tienda, afortunadamente) y cualquier ruidito que te despierta cuando sabes que estas en plena selva.
El dia siguiente empezo con un buen desayuno de huevos con frijoles y arroz (tipico de estas tierras) y fuimos a ver las ruinas del Zotz y las del Diablo. Las dos estan en proceso de excavado e investigacion. Asi que se ve muy poco, pero en las del Diablo hay una colina (en realidad un templo sin excavar cubierto de vegetacion y tierra) desde la que se ve a lo lejos algun templo de las ruinas de Tikal, las mas famosas de Guatemala. Despues de comer seguimos caminando hasta el segundo campamento y empezamos a caminar por un sendero mas estrecho que el camino del dia anterior. Esta vez no llovio, y despues de unas horas de caminata, llegamos exhaustos al segundo campamento, mucho mas rudimentario que el anterior. Despues de una tertulia acortada por el cansancio y de la cena que nos parecio maravillosa, fuimos a dormir para prepararnos para la caminata del dia siguiente, que empezo a la salida del sol y termino 5 horas y media despues en las ruinas de Tikal. Esta caminata la hicimos por un sendero por el que ya no pasaban los caballos, por lo que la hicimos con el agua justa que podiamos llevar y con ganas de llegar cuanto antes a las ruinas. A eso de las 11:00 llegamos a una entrada de las ruinas por la selva, bastante lejos de la entrada principal, ya que Tikal es enorme. Hay templos enormes, algunos muy bien restaurados, otros menos, pero simplemente pasear por las ruinas en medio de la selva es una muy buena experiencia. Te puedes cansar de ver templos, y nosotros ya entramos cansados despues de la selva, con lo que las vimos muy poco a poco, pero contentos de haber llegado alli y haber tenido la oportunidad de conocer a Laura y Ramon, a los que volveriamos a ver mas adelante.

A eso de las 15:00 volvimos al hotel y nos dedicamos a descansar y a planear la ruta hacia el sur, para visitar unas cascadas (Semuc-Champey) muy chulas de agua turquesa en las que te puedes bañar y seguir el camino hasta Rio Dulce, en la orilla del lago Izabal y Livingston, ya en la costa del Caribe, donde viven los Garifuna, una mezcla de africanos con caribeños que nos darian alguna alegria y algun disgusto relacionado con nuestras queridas sandalias. Pero esto ultimo lo dejo para la siguiente entrada.

Salud!



Palenque, ruinas y buen rollito

Llegamos a Palenque por la tarde y fuimos al camping / hotel Maya Bell. Teníamos una casita en un árbol, muy chula pero un poco difícil para entrar. En la casita de abajo se alojaban una pareja de madrileños, Joaquín y Judith, que habíamos visto en San Cristóbal y con los que compartiríamos las tardes de relax en el hotel. También estaba alojado Arnau, un catalán que ya llevaba un tiempo por México viviendo la vida y vendiendo algo de artesanía. El ambiente en el hotel era muy bueno, ya que por la tarde te podías bañar en la hiper caliente piscina (34º) antes de ir a la terracita a charlar con alguien.

Fuimos a ver las ruinas de Palenque a primera hora de la mañana, para evitar el sofocante calor. Fuimos tan a primera hora, que aún no había vigilantes en la entrada, por lo que entramos sin pagar. Toda una experiencia el estar entre templos Mayas dentro de la selva, sin gente, ni turistas ni trabajadores del parque. Las ruinas de Palenque impresionan por dos cosas: por el tamaño de algunos de sus templos y por el entorno selvático donde están. No sé decir que me gustó más, si las ruinas en sí o la selva.

En el pueblo de Palenque no había mucho que hacer: comer, comprar una hamaca, derretirte en sus calles... así que después de unos 4 días dejamos con pena el hotelito y partimos rumbo a Guatemala, pasando antes una noche en la selva Lacandona, en una comunidad de indígenas (Lacanjá) donde conocimos a algunos viajeros mexicanos simpáticos. Vimos las ruinas de Yaxchila y las de Bonampak, todas en medio de la selva, donde con suerte puedes ver los monos araña y los aulladores (se les llama asi porque rugen como tigres). Navegamos por el caudaloso río Usumacinta y al fin regresamos a Guatemala, no sin antes "pelearnos" con los agentes de las aduanas mexicana (Frontera Corozal) y guatemalteca (Bethel) porque todos te quieren cobrar la entrada y salida del país sin darte recibo (sobresueldo le llamamos en mi pueblo). Al final estábamos en Guatemala sin haber pagado en ninguna de las dos fronteras con dos sensaciones: contentos de no haber pagado e indignados de que se aprovechen del turista de esa manera, totalmente ilegal.

Partimos hacia Flores, al sur de las ruinas de Tikal junto a una parejita de Lleida que se iban a convertir en unos magnificos compañeros de aventuras por la selva...

¡Salud!