A principios de agosto, el Princess Ashika, un viejo barco que hacia la ruta Tongatapu - Ha'apai - Vava'u se hundio rapidamente en el oceano de noche, cuando la mayoria de pasajeros dormian en el interior, sin tiempo para salir e intentar salvarse nadando lo mas lejos posible del barco para no ser arrastrado al fondo por la fuerza del agua. Si no recuerdo mal, 74 personas murieron en el naufragio, la mayoria mujeres y niños, ya que en la cubierta practicamente solo habia hombres. En cualquier pais esto seria una grave tragedia, pero en un pais tan pequeño como Tonga (102.000 hab.) esto se convierte en una catastrofe que afecta a un porcentaje muy alto de la poblacion. Casi todos son familiares de algun desaparecido, o al menos conocen a alguien que fallecio en el Princess Ashika. Ademas, unos dias despues del naufragio el Rey de Tonga, George Tupou V se fue de vacaciones, dejando una pobre imagen de despreocupacion por las tragedias de sus subditos.
Con el naufragio en mente, subiamos al Polopaki, un barco que todos nos decian que era mucho mejor que el Princess Ashika, aunque a nosotros nos parecia un viejo cascaron. Este barco nos llevaria de Nuku'alofa, la capital, en la isla de Tongatapu, a Pangai, la capital del grupo de islas Ha'apai, en un trayecto nocturno de unas 12 horas. Con 1'5 horas de retraso salimos hacia Pangai, y afortunadamente pudimos dormir todo el trayecto, despertandonos casi con el sol. Antes de llegar a Pangai tuvimos la oportunidad de ver algunas ballenas a lo lejos, e incluso una de ellas saltando. Es espectacular ver una mole de entre 12 y 14 metros de largo saltando hasta casi sacar todo su cuerpo por encima de la superficie del mar. Uf! Ver esto nos hacia olvidar las precarias medidas de seguridad y pensar en que pronto podriamos nadar con las ballenas.
Pangai se presentaba a mediodia como una adormecida sucesion de casitas con jardin donde los cerdos se pasean tranquilamente por doquier, molestados a veces por los perros, pero no por el trafico, que escasea bastante. Realmente no hace falta que haya muchos vehiculos, ya que la carretera mas larga mide unos 18 km desde el sur de la isla de Lifuka, pasando por Pangai, atravesando la pista de aterrizaje del aeropuerto (cortan la carretera cuando aterriza o despega un avion!), cruzando a la isla de Foa por una calzada sobre el mar, hasta terminar en el norte de Foa, una playa paradisiaca donde pudimos disfrutas del snorkel en un arrecife de coral plagado de peces de colores a pocos metros de la costa.
Las casitas de Pangai no son nada especial: normalmente de una sola planta con techo de chapa metalica, y a todas ellas les hace falta bien una mano de pintura o una buena reparacion de puertas y ventanas. Pero lo mejor de todo son las iglesias: todas muy bien cuidadas, pintadas, con puertas y ventanas en buen estado, asi como el techo y los alrededores. Y es que los tonganos (o tonganeses, o como se diga) son unos devotos creyentes que se pasan el domingo en la iglesia, rezando, cantando, oyendo al cura sermonearles sin descanso... aunque tambien algunos de ellos van a la iglesia a pasar el rato y se duermen en pleno sermon. Ademas hay casi mas iglesias que casas. Los domingos empiezan con las primeras campanas seguidas de canciones a las 5 de la mañana y no paran de cantar hasta las 9 de la noche. Tonga literalmente se paraliza los domingos. La gente se dedica a asistir a la iglesia y a preparar el "umu", una receta local de carne o pescado marinado en leche de coco y envuelto en una hoja de "taro", parecida a las espinacas. Estos "paquetes", junto a fruta del pan y algunos tuberculos se cocinan durante unas 2 horas en un horno excavado en el suelo donde se calientan piedras que sirven para cocerlo todo. El resultado es una mezcla de carne o pescado con verdura, bastante buena, que se convierte en una comida social en donde todos, familia y vecinos, estan invitados (los turistas normalmente pagando). A nosotros la dueña del hotel nos invito al "umu". La verdad es que se porto muy bien con nosotros.
Estuvimos tambien 3 dias en Uoleva, una isla al sur, donde paseamos por las desiertas playas, haciamos snorkel, seguiamos haciendo amigos entre los huespedes del super basico "resort" donde colgamos nuestra hamaca (la verdad es que eramos la sensacion del lugar con nuestra hamaca), y al fin fuimos a bucear en los mares del sur. Despues de haber buceado en 2005 en Indonesia, maravillandonos de la vida y colores que te encuentras bajo el agua, bucear en Europa y en el Caribe casi nos habia hecho olvidar la cantidad de coral de diferentes formas y colores que existen. Aqui no podemos decir que las inmersiones hayan sido para recordar toda la vida, pero al fin volviamos a ver colores, infinidad de colores en forma de coral, peces, nudibranquios (algo asi como babosas pero bonitas)... Muy buenas inmersiones, pero ni rastro de ballenas bajo el agua.
Para ver ballenas de cerca volvimos a Pangai, donde el barco salia hacia Vava'u, el paraiso de las ballenas jorobadas. Esta vez el retraso no fue de 1'5 horas como en Nuku'alofa, sino de 33 horas!!! lo que significaba que nos quedamos otro dia en Evaloni's House, donde nos trataban tan bien. Alli tuvimos la oportunidad de conocer al cuñado de la dueña, que vive en Nueva Zelanda y se estaba dedicando a enseñar a los locales lo que significa Democracia, ya que en 2010 habra un referendum para decidir si quieren que haya democracia real o que siga siendo una especie de dictadura donde el Rey tiene el poder practicamente absoluto.
Y al fin llegamos a Vava'u, una isla con una costa muy muy irregular y rodeada de pequeñas islas algunas deshabitadas pero todas paradisiacas, lo que hace que sus tranquilas aguas sean un iman para los yates y veleros que se amontonan en el Port of Refuge, el puerto de Neiafu, la capital. El ambiente aqui es mucho mas turistico, que unido a que muchos de los turistas aqui tienen barco propio (o sea, dinero) significa que todo aqui es mas caro que en el resto de Tonga. Asi que nos tuvimos que apretar mas aun el cinturon para poder salir un dia a bucear y dos dias a hacer snorkel con las ballenas.
De nuevo el buceo fue muy bueno (coral, peces de todo tipo, algun que otro tiburon, morenas...), pero no inolvidable. Lo que si fue una de las cosas mas interesantes que hemos hecho en nuestra vida fue poder nadar con las ballenas. El primer dia se presentaba gris, con el mar un poco revuelto, pero al poco tiempo de dejar las tranquilas aguas cercanas a las islas, divisamos las primeras ballenas, que salen a respirar regularmente a la superficie. Cuando nos acercamos a ellas despacito despacito, para no asustarlas y que se acostumbraran a la presencia y ruido del barco, pudimos ponernos la mascara y las aletas y entrar al agua sin espantarlas. Bajo el agua, a pocos metros de nosotros nos esperaba mama ballena, de unos 12 o 14 metros de largo con su bebe, de unos 5 o 6 metros. La madre parecia tranquila, pero el bebe se mostraba al principio un poco timido, escondiendose detras de su mama. Poco a poco nos miraba con sus ojitos y tristes y las dos salian a respirar. Nos dejaron observarlas un poquito mas hasta que se sumergieron y tuvimos que volver al barco. Esto se repitio unas tres veces durante el primer dia. El segundo dia pudimos sumergirnos con 2 ballenas adultas una infinidad de veces, pero no estaban tan tranquilas y nos obligaban a nadar mucho mas rapido para poderlas ver. La ultima vez, Andy y yo nos quedamos en el agua cuando las ballenas habian desaparecido y el resto del grupo estaba ya en el barco porque Andy tenia un pequeño problemita con el tubo. Cuando nos acercamos al barco, todos estaban en la parte trasera gesticulando y gritando algo que no entendiamos bien por el agua algo revuelta. Mas cerca me parecia oir al capitan gritarme "Jump! Jump!" (Salta!). No entendia como queria que saltara desde el agua al barco, asi que intente darme prisa en subir. Una vez arriba entendi que no me decia "Jump!", sino "Shark!" (Tiburon!). Nos estaba rondando un tiburon de considerables dimensiones al que no tenian muchas ganas de preguntarle sus intenciones. Y nosotros tan tranquilos chapoteando en el agua!
La verdad es que valio la pena venir hasta Tonga, en la otra parte del mundo, para poder nadar con estos enormes mamiferos que estan de paso por aqui una vez al año en su migracion desde la Antartida para aparearse y tener a sus grandes bebes. Como no puedo colgar fotos aqui (lo siento, internet aqui es horrible), podeis ver las fotos que nos pasaron algunos compañeros del barco y que Andy ha colgado en su galeria. La lastima es que no podais oir el canto de las ballenas que pude disfrutar en una sesion de tranquilo snorkel que hicimos en una cueva al volver con el barco. Pero disfrutadlas, que merecen la pena.
Volvimos de Vava'u a Tongatapu en un vuelo de una hora en un viejo y pequeño avion que no se si era mejor que el barco de la ida en el que pudimos ver estas maravillosas islas desde el aire. Una vista fantastica de aguas turquesa y playas desiertas que esperabamos volver a ver en otro paraiso llamado Fiji que nos esperaba unos 800km mas al oeste, un poquito mas cerca de Europa. Eso significa que ya hemos recorrido la mitad del camino y nos empezamos a acercar a casa... casa? Donde esta nuestra casa? Ya no sabemos a que llamarle "casa", si a Alginet, Valencia, Barcelona, Praga... Nos quedaremos colgados en algun templo Hare Krisna por el camino? Solo hay una manera de averiguarlo: seguir adelante.
Salud!
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Che, cuando empezaste a contar lo del tiburon, pense que ibas a seguir diciendo algo asi como "...Y entonces, la vi a Andy, desesperada, mirandome con esos ojitos azules marinos... mi memoria recopilo los movimientos de Matrix y arrojandome al mar logre interponerme entre esos dientes filosos y la rubia cabellera de mi amada..." jaja
ResponderEliminarVas mejorando cada vez mas en los detalles!
Me encanta...! ya me contaras mejor el tema politico de la inminente democracia en Pangai y el revolucionario neozelandes!.
Beso con la mejor energia viajera.
David aca me dice que les manda saludos y que esta avanzando en la cocina pesquera para cuando regresen a londres!.
muuaaaaak.
Fer.